La Alcoholera de Cenicero se prepara para una nueva campaña de vendimia, que ya ha comenzado en algunas zonas de la DOCa Rioja. Con sus dos silos, con capacidad para recibir más de 20 millones de kilos de orujo, aguardan para convertir estos residuos en subproductos totalmente naturales, tales como alcoholes, tartratos, pepitas de aceite, biomasa y destilados. Su actividad no solo es un modelo de economía circular, sino también de sostenibilidad con un enfoque de residuo cero y es que muchas bodegas apuestan por este modelo sostenible al entregar sus residuos tras la vendimia. Pero desde la Alcoholera sostienen que es posible dar un paso más en este compromiso: “Reducir al máximo la huella de carbono asociada al transporte”.
“Cada kilómetro recorrido contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que refuerza la necesidad de optimizar y minimizar estos desplazamientos. Al reducir la cantidad de CO2, metano y
óxido de dinitrógeno emitidos durante el transporte de residuos, no solo cumplimos con nuestras responsabilidades ambientales, sino que también avanzamos hacia un futuro más sostenible para la industria vitivinícola”.
Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) de 2022, un camión genera 0,586 kilos de CO2, 0,012 gramos de CH4 (metano) y 0,029 gramos de N2O (óxido de dinitrógeno) por cada kilómetro recorrido. Suponiendo que un camión cisterna consume la misma cantidad de combustible en ambos sentidos, una bodega ubicada a 50 kilómetros de distancia, es decir, un recorrido total de 100 kilómetros , generaría 58,60 kilos de CO2. Este impacto, aunque proporcional a la distancia, es un área en la que se puede intervenir activamente.
Con el objetivo de minimizar la huella de carbono, la Alcoholera ofrece a las bodegas la posibilidad de asumir esta carga ambiental, coordinando y reduciendo los traslados a sus instalaciones en la medida de lo posible. Su servicio puerta a puerta, disponible para las principales zonas vitivinícolas cercanas, garantiza la recogida organizada de estos residuos tras la vendimia, proporcionando un valor añadido y sostenible tanto al vino como a los subproductos de la uva: orujos y lías, que una vez transformadas en productos naturales darán servicio a la industria vitivinícola, farmacéutica, cosmética y alimentaria.
«Iniciamos una nueva campaña de vendimia con interés, listos para recibir los orujos y lías de las bodegas cercanas. Estamos convencidos de que, trabajando juntos, podemos lograr una significativa reducción de la huella de carbono», afirma Rosa Durban, directora de la Alcoholera.
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