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Miguel Flaño a través de su primera alineación

FOTO: Riojapress

“¿Por dónde tirará Flaño?”. Fue uno de los temas de conversación el sábado por la tarde en la Ciudad Deportiva de la UD Logroñés durante la inauguración de la cafetería y restaurante de esta instalación deportiva. Había interés en saber, tras una buena pretemporada, de qué calado iban a ser las primeras decisiones del técnico navarro. Había más dudas que certezas. ¿Quién será el portero?, sobre todo después de que Flaño explicara en este medio que tenía “una conversación pendiente con los dos porteros, para no engañar a nadie”. Otras dudas: ¿qué dos centrales arrancarán la temporada? ¿Quién será el centrocampista defensivo? ¿Y por los extremos? ¿Qué papel van a jugar los sub-23? ¿Y los chicos del Promesas? La primera cita de la temporada siempre viene cargada de incertidumbre.

El debut, tras una larga pretemporada, es una buena forma de conocer al nuevo entrenador, que cuenta con una plantilla tan larga como competitiva en casi todas las posiciones, que dispone de veteranos con galones y de jóvenes con muchas posibilidades. Y a Flaño, le tocaba decidir. Y por eso, quizás, sabedor de esto, a pesar de su falta de experiencia en los banquillos como entrenador de un equipo profesional, Flaño fue preparando el camino en las horas previas al inicio del encuentro. Además de la charla con los porteros que hizo pública antes de que tuviera lugar -se intuía por tanto, un cambio bajo palos en relación al curso anterior-, en la rueda de prensa previa al partido se encargó de decir, repetir e insistir sobre una cuestión importante: “Este primer once será solo eso, el primer once. Luego vendrá un segundo once, un tercero, y así pasará cada fin de semana”. El técnico explicó que él prepara los partidos “con un once, pero también con unos cambios que deben ser importantes”.

Flaño y Sergio en la Ciudad Deportiva de Valdegastea.

Se cubrió para darle la justa importancia a esta primera alienación que siempre genera más curiosidad que las que están por llegar, sencillamente por el mero hecho de ser la primera. Iñaki, Caballero y Enzo se cayeron de la convocatoria por razones evidentes. Lesionados los dos primeros, el extremo uruguayo ha estado unas cuántas semanas parado por lesión y ante tanta competencia resultaba de toda lógica que Enzo Facchin esperara turno para cuando esté del todo repuesto. Eloy Moreno y Curro tampoco entraron en la citación final. De los recién llegados, sin promocionar del filial, solo se quedó fuera Verdú, un extremo que destacó el curso pasado en el Europa del que se espera mucho para esta temporada en donde la competencia es máxima en los puestos de ataque.

Pero para conocer mejor a Miguel Flaño entrenador hay que acudir al once inicial. Es ahí, en este primer once, cuando realmente se puede ver cómo es verdaderamente el técnico navarro, aunque se trate de solo el primer partido de la temporada. Seguro que las decisiones más complicadas están por llegar. Se ha decantado por Alex Daza en detrimento de Kike Royo; sentó al segunda capitán de la plantilla en el banquillo, un Sarriegi que el curso pasado fue intocable y que para esta temporada parte de suplente por el incremento de competencia en esa posición. Pero Sarriegi no perdió el paso en este primer envite por la presencia, por ejemplo, de Caballero, ahora en proceso de recuperación de una lesión. Lo hizo por el buen rendimiento de Iván Garrido durante la pretemporada. “Estoy muy contento con el rendimiento de todos los chicos que han subido del filial”, indicaba Flaño las horas previas al choque. Y se atrevió a alinear el inexperto Garrido para este primer duelo de la temporada, en casa, y ante un rival que a buen seguro será rival en la pelea por estar en los puestos altos de la tabla.

La valentía de Flaño fue la primera reflexión a la que se puede llegar de este primer once. En donde también apareció Riki. Con el 19 a la espalda, este joven atacante del filial demostró estar para la Segunda Federación, para ser un futbolista importante en un equipo con la exigencia que tiene la UD Logroñés. Jugó con galones, con atrevimiento, con arrojo… y pudo ser decisivo de haberle pitado el penalti del que fue objeto durante la primera mitad. Flaño lo tiene claro y Riki entre en sus planes desde el principio a la espera de que cumpla las expectativas creadas y la confianza que en él han depositado, tanto el club como el actual cuadro técnico del primer equipo. Flaño, por tanto, parece haber dejado claro que van a jugar los que mejor estén, que no mira el DNI ni tampoco los éxitos acumulados durante las diversas carreras deportivas.

Verdú fue el único fichaje que se quedó fuera de la primera convocatoria.

De inicio se ha cargado roles, aunque esto no ha hecho más que comenzar. Aunque a partir de la hora de encuentro, el plan inicial del nuevo entrenador cambió de forma radical. Convencido de que no le estaba gustando nada de lo que estaba viendo sobre el terreno de juego, pese al buen primer tiempo en líneas generales del equipo, Flaño actuó, en lo que algunos entienden como una actuación excesiva para tratarse del primer partido de la temporada, de que se estaba jugando en Las Gaunas y de que la sensación de peligro del filial maño tampoco parecía tan excesiva.

Sin embargo, Flaño decidió tirar de los veteranos y protegerse en defensa. Metió a Monreal, a buen seguro también preocupado por haberse caído de este primer once. Puso una línea de tres centrales cuando hacía escasos minutos había retirado del campo a Pau López, nuevo catalizador del juego riojano, para situar a Sarriegi junto a Iván Garrido en un doble pivote de carácter defensivo. Con los tres centrales minutos más tarde, a un sector de Las Gaunas les pareció un gesto excesivo teniendo en cuenta el nivel del rival.

Daza fue la elección bajo palos para el primer partido de liga.

Pero también se conoce así al nuevo entrenador, empeñado en ganar este primer partido de liga, algo que no lograba la UD Logroñés desde hacía siete temporadas, cuando estaba en Segunda B o en Segunda División. Tampoco ganó el primer choque del curso el año pasado, en un empate a cero contra el Bilbao Athletic. Por los hechos se acaban conociendo a los entrenadores, por todas esas decisiones que toman o dejan de tomar. Flaño tomó muchas decisiones en este primer partido. Quizás más de las esperadas. Pero ha mostrado atrevimiento para intervenir hasta donde sea necesario para sacar el partido adelante.

Es solo un primer partido. Una carta de presentación. Un primer once. Y una primera rueda de prensa tras un encuentro oficial con tres puntos en juego. A los técnicos se les conocen por sus hechos pero también por sus palabras. Y Flaño ha sido directo, no solo ante sus jugadores, también ante los medios. Nada de frases huecas, vacías de contenido. Todo lo contrario, fue sincero y esto no suele ser habitual. “No hemos estado nada bien, en líneas generales, el equipo no ha sido reconocible en muchas aspectos y en el partido, nos ha costado mucho encontrarnos, activarnos, sentirnos bien, dinámicos, soltando. Hemos estado demasiado previsibles, demasiado quietos, demasiado largos como equipo. Futbolísticamente, el análisis es de muchísima mejora, de muchísima situación que debemos hacer y hacemos mejor”. Pero hubo más: “El compromiso y la competitividad del equipo están ahí. Es un equipo que sabe donde está, tenemos la identidad clara, pero hoy no hemos acabado de soltarnos. No todos los días son iguales”.

Garrido y Riki fueron titulares, Curro y Eloy se quedaron fuera de la convocatoria.

Y acabó con un “el verde les pondrá en su sitio”, en relación a la decisión tomada bajo palos, pero que se puede extender al resto de zonas del campo. Flaño exige máximo rendimiento, se lo pidió a los jugadores en la previa del choque de esta pasado domingo, y exige máxima competitividad en todas las zonas del campo. No se conforma, y así lo indica, dentro y fuera del vestuario. Es el día 1 del navarro como entrenador de fútbol profesional. Por delante, 33 partidos más para conocer si mantiene pie en pared o va adecuando su acciones y discurso a cánones futbolísticos más establecidos.

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