Los abanicos ya están vareando los primeros almendros en fincas de La Rioja Baja dando por inaugurada una nueva campaña que trae buenas sensaciones desde el campo. Pese a que la sequía ha dejado huella en los árboles de secano, con hojas amarillentas y caídas, el fruto no se ha visto tan afectado como se esperaba.
La SAT La Galera de Aldeanueva de Ebro ha recogido ya los primeros kilos de almendras aunque de manera muy testimonial. «La campaña viene con unos 12 días de retraso respecto a la anterior y lo poco que ha entrado hasta ahora ha sido más bien como precaución por las lluvias previstas de cara a este fin de semana, aunque el temor es solo por el viento que pueda arrojar el fruto al suelo. La lluvia en sí es bienvenida», apunta el presidente de esta cooperativa, Víctor Velázquez, también productor del municipio.
Javier Sertucha, técnico de la SAT, asegura que «al menos lo que está entrando de almendros en secano está siendo con un buen calibre en la pipa». Nada que ver a la cosecha del año anterior, cuando la falta de lluvia y el excesivo calor determinaron el balance final. «Hubo muchos problemas con el tamaño de la almendra porque vino muy pequeña, pero durante esta campaña se han notado las lluvias de primavera y, aunque los árboles hayan sufrido mucho, de momento se están viendo buenos rendimientos».
La cosecha, según este técnico, se prevé normal en cuanto a la cantidad recogida y similar a la de 2023. «Tal vez incluso algo superior gracias a las nuevas explotaciones que están entrando en producción».
Los precios, además, apuntan a que se mantendrán al alza. Las últimas cotizaciones de algunas lonjas del país así lo reflejan según los precios de estos últimos días, que dictan un encarecimiento de unos 20 céntimos el kilo de la pipa común, mientras que variedades como la guara ha aumentado unos 35 céntimos respecto al final de campaña del año pasado. Aún así, Velázquez prefiere no aventurar nada y «ver cómo avanza la campaña y si esos buenos precios se mantienen una vez esta se generalice».
El pensamiento generalizado es que este incremento de los precios se debe a la situación que vive California, quien marca el devenir de los mercados. El estado ha agotado sus existencias porque retiraron mucha almendra ya durante el año pasado. Almendra, incluso, de otras campañas anteriores que tenían acumulada.
Un escenario bien distinto al experimentado el año pasado a cierre de campaña, cuando los precios habían caído notablemente y el interés por realizar operaciones de compra era casi nulo. «A final de campaña, hacia noviembre, los precios estuvieron muy bajos, pero luego en enero y febrero repuntaron algo. Lo que nos sorprendió es que luego volvieran a caer a partir de abril y mayo, así que ya veremos lo que ocurre a partir de ahora», apunta Sertucha.
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