Agricultura

La pera riojana aguarda una producción irregular con buena calidad y calibre

Las barcas y cajas ya están en marcha en las fincas de perales de La Rioja Baja. Las primeras peras de la variedad blanquilla se han recogido este lunes sacando a la luz la que prevé ser una cosecha “de bastante calidad y calibre” no solo en este tipo de fruto, que supone algo testimonial en el cómputo global de la producción, sino también para la pera conferencia, que se lleva el mayor protagonismo. Sin embargo, no será hasta el próximo 19 de agosto cuando la Denominación de Origen Protegida Peras de Rincón de Soto prevé iniciar la recogida de esta variedad.

En la SAT Valle de Rincón esperan superar los cuatro millones de kilos de pera esta campaña, a diferencia de la pasada cuando el granizo dejó huella en los perales provocando una “merma importante de en torno a un tercio de la cosecha”. Mientras que la producción en el caso de las variedades más tempranas, como la blanquilla, ercolini y limonera, no se ha visto alterada, el presidente de la SAT, Adolfo Nájera, reconoce que las fincas de pera conferencia muestran mayor irregularidad: “Hay parcelas muy completas y otras que tienen menos, pero esas que tienen menos entendemos que lo van a compensar con más calibre”.

Lo importante, destaca Nájera, es que va a haber una gran calidad y buen sabor debido al “equilibrio que se está dando entre la pulpa y el jugo, que aportan textura y acidez y dan valor al fruto”. La imagen externa, además, también acompaña gracias al buen ‘russeting’ y buen calibre: “Hasta hace pocas semanas el tiempo ha acompañado con noches frescas que han permitido al árbol trabajar bastante bien y permitir que se recupere. Aunque ahora haya hecho calor esto también les viene bien porque hace que el peral se estrese un poco y saque más energía del suelo, lo cual hace que el fruto aumente su cantidad de azúcares”.

Desde la DOP coinciden en esas buenas sensaciones y hablan de una cosecha cosecha que dejará la “mejor calidad en años debido al gran tamaño de las peras y a su excelente contenido en azúcar”. En La Rioja Media y en La Rioja Alta los días de inicio de cosecha están aún pendientes de decidir y todo dependerá de la evolución de los parámetros de maduración, que se seguirán controlando desde los servicios técnicos de la Denominación.

Según estos, “esta gran calidad, junto con una casi absoluta ausencia de daños por pedrisco en el campo hacen que se espere una cosecha récord de 26 millones de kilos, frente a los 21 millones de kilos del año anterior”. Un aumento de producción, motivado también por el aumento de superficie amparada (este año son 1.297 hectáreas acogidas) que ayudará a “entrar en nuevos mercados” y a contribuir en “su expansión”, para lo que la DOP ya piensa en nuevas zonas de comercialización y promoción, como Andalucía y provincias “hasta ahora muy testimoniales”. En el ámbito de las centrales comercializadoras, la DOP sigue contando con 20, lo que supone la casi totalidad del sector comercializador de La Rioja.

Una buena calidad que se empaña con la gran incidencia del fuego bacteriano. “Es una pesadilla y nos deja a los agricultores huérfanos de un control que nos ayude a gestionar esta situación que genera tanta impotencia, por lo que necesitamos ya tener algún tipo de producto o herramienta. Habrá que ver a final de campaña cómo ha afectado en esa merma de producción en la pera conferencia, porque está claro que en las variedades minoritarias no se va a dar pérdida de cosecha”, apunta el presidente de la SAT.

La mano de obra es el otro gran hándicap de los agricultores y es que es un elemento clave para para hacer un buena recolección, la guinda de todo un año de trabajo, así que su escasez empeora el desarrollo de la labor. “Se necesita gente que conozca qué es un árbol y sepa recoger pera, sin golpearla, con cariño y manteniendo el rabillo. Pero cada año es más complicado dar con este perfil y cada vez hay menos trabajadores. Hay mano de obra, sí, pero muchas veces tampoco podemos contratarla porque han venido esta primavera y no tiene documentación. Estamos apretados y eso repercute en que se retrase algo la recogida aunque sean un par de días, pero el problema es que cada año vemos que es una tendencia que va a más”, remarca Nájera.

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