El Rioja

Rioja aguarda una vendimia corta en kilos y marcada por la sequía

Un viñedo en pleno envero en Elciego.

La cuenta atrás ha comenzado. Rioja mira el calendario de la vendimia 2024 con una mezcla de vigilancia y un cierto reposo. Los ánimos más generalizados ratifican ese retraso con respecto a la pasada y adelantada campaña, por lo que se podría estar ante una vendimia en tiempo y forma a lo que habitualmente se ha visto en la región. Eso sí, el calor extremo puede trastocar los planes de muchos.

Las más adelantadas en la materia son las viñas del extremo más oriental de Rioja. Alfaro, Aldeanueva de Ebro, Azagra,… En estos municipios el tempranillo tinto más temprano ya está prácticamente cerrando el envero y los viticultores cuentan los días para arrancar máquinas y también tijeras. Porque aunque las vendimiadoras se impongan cada campaña con más fuerza, las manos arrastrando los cestos siguen siendo parte del paisaje de la denominación en las próximas fechas.

Alejandro Perfecto es uno de los que vendimia racimo a racimo. Esta va a ser la segunda cosecha de su proyecto familiar Temerario Vinos que emana de cepas en Aldeanueva y Alfaro, pero echa cuentas de que será algo más tardía que la anterior. “Tranquilamente se llevarán una semana o diez días de diferencia, aunque todo dependerá de los días que vengan estas próximas dos semanas. Si continúa este calor, con días rozando los 40 grados, nos ponemos a temblar porque igual hay que darse prisa por empezar. Lo ideal sería que vinieran días más frescos”, reconoce, y es que él va en busca de la acidez en sus vinos por lo que no va a dejar que las uvas maduren de más.

Recuerda que hace un año comenzó a recoger la viura un 21 de agosto, pero hace una semana aún no había visto ni un grano cambiando de color. La garnacha tinta también va más tardía y es que en 2023 vendimió los primeros racimos para su rosado un 25 de agosto y apenas cuatro días después recogió el resto de la garnacha para su tinto.

“Hemos tenido una primavera y un principio del verano bastante buenos, con temperaturas frescas y agua, pero ahora ya está siendo duro. Se aprecian síntomas de falta de agua tanto en racimos como en hojas que están más expuestas al sol, así que si seguimos acumulando horas de sol y altas temperaturas se van a acelerar todos los procesos”, apunta, tanteando que este año comenzará la faena la última semana de agosto. Las sensaciones, aún así, son optimistas: “Yo estoy muy ilusionado con lo que se viene porque veo uvas espectaculares, con buen cuajado y mucha sanidad”.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

En el otro extremo de Rioja la directora de Viticultura e Innovación en Vivanco, Natalia Olarte, se prepara para comenzar una nueva vendimia a finales de septiembre. Pese a algunos focos fúngicos que se han avistado en parcelas concretas, remarca que el estado sanitario del viñedo es muy bueno. “Son casos puntuales producidos por no haber aplicado los tratamientos en tiempo y forma, especialmente por la situación del mercado y la incertidumbre que viven algunos viticultores en cuanto al destino de sus uvas”, explica.

Olarte puntualiza que la campaña va a ser más mermada que la anterior en cuanto a producción, aunque confía en que sea de mucha calidad. “Siempre y cuando el tiempo acompañe porque el estrés hídrico y el calor está dejando huella. De Logroño hacia Haro las viñas están resistiendo bien, pero habrá que ver cómo terminan de evolucionar y todo dependerá de si llueve ahora, lo cual ayudaría a que las uvas avanzaran más”.

Al otro lado del Ebro, Roberto Vicente comparte esa visión de que la que viene será una cosecha corta en kilos. “Y si va a haber menos producción, la uva también madurará antes, así que aunque la vendimia venga algo más tardía respecto al año pasado puede que al final acabe acelerándose algo”. El director técnico de Bodegas Izadi, en Villabuena de Álava, asegura que el envero va muy despacio por la falta de agua y las altas temperaturas: “Estamos esperando a que llueva algo porque sino va a ser todo muy desigual”.

Tanto en la zona de Tudelilla en la que trabajan con garnacha como en Rioja Alavesa están viendo cómo hay muchas hojas basales ya amarillas que se han perdido. “La planta está pasando mucha sed y unido a eso hay que sumar la pequeña helada de primavera que hubo en Rioja Alavesa, el poco granizo que cayó en Tudelilla y, en general, el mal cuajado porque durante el momento de la floración hizo un tiempo muy inestable, por lo que se han quedado racimos pequeños, muy claritos, y no creo que los granos vayan a pesar mucho”.

Vicente tiene marcada la semana del 16 de septiembre como inicio de campaña con la garnacha blanca y la maturana blanca, mientras que sus deseos están puestos en que sople cierzo y poder vendimiar el tinto en octubre, “aunque este año es difícil que se cumplan esos plazos. A ver qué nos depara agosto, que es el mes determinante”.

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