De Interés Turístico Regional desde 2016, la fiesta de la Molienda en el valle de Ocón supone cada año no sólo un acto festivo si no un momento para el encuentro para los vecinos de las diferentes aldeas y una oportunidad única de sacar pecho de las tradiciones del municipio, sus recursos turísticos y las labores agrarias de las que el valle sacó durante décadas su riqueza.
La fiesta consiste principalmente en la realización de forma tradicional de las labores de siega y trilla por parte de los vecinos de Ocón. Tareas que realizan 200 personas ataviadas con las antiguas ropas de labranza, provistos de las antiguas herramientas que se usaban. Hoces, guadañas o trillos, caballos, burros y yeguas, quitan por un día el protagonismo de los tractores para poner en valor el trabajo manual de sus antepasados.
Además, el interés etnográfico de esta fiesta a la que cada año acuden cientos de personas, aporta un atractivo más al medio rural como espacio turístico alternativo. Por un lado recrea una tradición de siglos y por otro, permite conocer de cerca el molino de viento de Ocón, único en la región y réplica del original del siglo XV.
Las labores del trigo han formado parte de la vida cotidiana de muchas poblaciones de nuestra comunidad y se mantienen vivas en la memoria de aquellos que las realizaban. Una fiesta que realza la conservación y revalorización de un patrimonio cultural y etnográfico propio no sólo del valle de Ocón, sino de toda La Rioja.
La primera celebración tuvo lugar tras la recuperación del Molino de viento de Ocón, en 2005, y desde entonces, las actividades están profundamente arraigadas en la población y han demostrado una gran capacidad de atracción para el visitante. Se calcula que cada año acuden a la fiesta de la Molienda unas dos mil personas que han podido disfrutar también de las degustaciones que organizan los vecinos de cada uno de los municipios que conforman el valle.