Iniciadas las obras en 2008, el embalse de Soto-Terroba parece la infraestructura de nunca acabar. Aunque las obras terminaron en 2020, no solo no está todavía en funcionamiento sino que necesita de más obras para poder iniciar su puesta en carga. Esta prueba fundamental para el inicio del servicio fue suspendida en 2022 tras un informe de la dirección técnica de la Confederación Hidrográfica del Ebro que señaló “carencias y deficiencias” que hacían necesario, “con carácter previo al reinicio del proceso de puesta en carga, actualizar el programa”.
La presa, que acumula más de 20 millones de euros de inversión (algunos estudios aseguran que serían 30 millones incluyendo la compra de terrenos y las obras realizadas como compensación a los vecinos), tenía como objetivo, entre otros, paliar los claros déficits hídricos del balance del sistema Leza e intercuencas cifrado en 18 hectómetros cúbicos en 1988, pero 16 años después del inicio de las obras parece que su puesta en funcionamiento no va a ser a corto plazo.
La obra de construcción del embalse de Soto-Terroba se inició en 2008 con un plazo de ejecución de dos años y medio y una inversión inicial de 18 millones de euros. Tres legislaturas después y con una inversión de casi el doble de lo presupuestado, la presa no ha entrado en funcionamiento. Sólo quedan las pruebas pertinentes y su puesta en funcionamiento pero ni una cosa ni la otra han ocurrido desde que terminó la obra hace cuatro años y no parece que vayan a comenzar en los próximos meses.
En marzo se anunció que en seis meses comenzaría la fase de carga tras una intervención en los desagües de fondo pero de momento aún no han comenzado. Aunque empezara próximamente la puesta en marcha aún se tendría que dilatar más de dos años que son los necesarios para hacer este tipo de pruebas.
Ahora, la CHE ha licitado un nuevo proyecto para compensar a los vecinos de Terroba. Se trata de un nuevo sistema de abastecimiento de agua al pueblo que contará con un depósito de mayor capacidad, un sistema automático de filtración y cloración, una reposición del último tramo de la tubería que va al monte y otro tipo de actuaciones que tienen que ver con el ciclo del agua.