La Rioja

La Rioja habla euskera en verano

La Rioja habla euskera: los municipios de La Rioja Alta reciben miles de turistas vascos en julio y agosto

Dentro de los muros San Millán de la Cogolla hace siglos un monje fue el encargado de poner negro sobre blanco las primeras palabras escritas en euskera. Con el paso de los siglos el idioma se alejó de tierras riojanas más allá de las toponimias de algunas localidades y términos municipales, pero con la llegada del verano esa distancia se reduce con la presencia de cientos de vascos veraneando en muchas localidades riojanas. “Son los reyes del turismo en La Rioja en verano”, sentencia Félix Caperos, alcalde de Casalarreina, donde los turistas vascos pueblan estos días las calles de la localidad.

“Para nosotros escuchar el euskera es ya algo habitual”. No es raro entrar en un bar y que a un ‘buenos días’ te respondan con un ‘egun on’ o a un favor con un ‘eskerrik asko’ (gracias). No supone ningún problema, las familias hablan entre ellas en su idioma y es algo que se vive con total naturalidad en el municipio”.

“En los años 60 hubo una importante emigración del campo a la ciudad y mucha gente de esta zona se fue a buscar trabajo al País Vasco, con la generalización de la clase media la gente que se había ido empezó a alquilar pisos en Casalarreina durante el verano que finalmente terminaron comprando para convertirlos en su segunda residencia”, recuerda el alcalde. “Vuelven buscando un tiempo más saludable, con menos humedad”. Otros muchos han vuelto definitivamente después de jubilarse y sus hijos y nietos pasan el verano con ellos.

También los hay que han elegido Casalarreina como un lugar idílico para disfrutar de sus vacaciones sin tener ningún tipo de arraigo. “El boom de la llegada de estos turistas comenzó a principios de los años 80, la mayoría eran vizcaínos, pero después han llegado muchos guipuzcoanos y en menor medida alaveses”, cuenta Caperos.

Incluso algunos optan por vivir definitivamente en Casalarreina. “Tenemos Vitoria a 30 minutos y Bilbao a 50, hay mucha gente que directamente vive aquí o que, al menos, alarga cada vez más sus estancias veraniegas”. Para esto ha sido vital la mejora de los servicios de 5G. “Nuestro objetivo es desestacionalizar la llegada del turismo”. Algo que poco a poco se va consiguiendo.

A pesar de que son muchas las ventajas, también hay inconvenientes. “Llevamos tiempo demandando que se tenga en cuenta esta estacionalidad a la hora de la financiación por parte de las administraciones porque hay servicios como las luminarias que hay que mantenerlas todo el año para poder dar servicio estos meses”.

Carlos Murillo y su mujer eligieron Casalarreina hace casi dos décadas para veranear. Él es de Vitoria. “Desde que era crío La Rioja ha sido un referente para visitar, un refugio”. El buen tiempo (unos graditos más que en Vitoria), el carácter riojano, la gastronomía y la naturaleza hacían de Casalarreina un lugar perfecto para vivir los veranos.

Desde que tienen allí casa pasan muchos fines de semana y el verano al completo. Excepto un par de semanas que se van a la playa, Casalarreina es su hogar en los meses más calurosos del año. “Tengo como campamento base Casalarreina y de ahí me muevo al trabajo, tener cerca la autopista lo hace más fácil”.  Aquí tienen ya su cuadrilla. “Siempre encuentras gente con la misma onda con los que pueden compartir aficiones”.

“Es un lugar perfecto para vivir y si ya te gusta el tema de la enogastronomía esto es un paraíso”, comenta este vasco enamorado de La Rioja.

Ezcaray es otro de los municipios en los que el euskera renace en verano. La presencia vasca durante todo el año es más notable en los meses de verano. Por unas semanas, sus calles se convierten en un lugar donde el vascuence aparece como lengua habitual. Al municipio llegan más de 18.000 turistas entre julio y agosto: tres de cada cuatro son vascos.

Su cercanía con Vizcaya ha convertido Ezcaray en una colonia tradicional de vizcaínos, aunque en los últimos años los guipuzcoanos han comenzado a comerles terreno. Un paseo por sus calles muestra a las claras que la presencia vasca es muy acusada, y no es extraño oír cómo los padres se dirigen a sus hijos en euskera. “Aquí en los bares ya están acostumbrados a que se pidan zuritos y que los cuartos se llamen txokos”, dicen Diego Bengoa, alcalde del municipio.

La gran mayoría de los que llegan son familias vascas que buscan un clima más seco que el del norte o a los que les unen lazos familiares con esta zona. “En los años 60 muchos riojanos fueron a trabajar al País Vasco y a partir de entonces La Rioja empezó a ser vista como un lugar de veraneo”.

La familia de Alicia lleva toda la vida veraneando en Ezcaray. Su abuela se quedó muy joven viuda y con la madre de Alicia se fue al País Vasco a vivir, pero nunca dejó de veranear en Ezcaray. “Mis recuerdos de verano de la infancia están íntimamente ligados a Ezcaray y quiero que mi hija siga teniendo esa sensación.  El tiempo, que es más seco que allí; la posibilidad de tener actividades de naturaleza tanto en invierno como en verano, las fiestas de los pueblos, la gastronomía…”. Son las claves para seguir eligiendo año a año La Rioja.

Aún así cree que el municipio ha perdido parte de la esencia que tenía hace décadas. “Hay veces que hay demasiada gente y sería una pena que muriese de éxito”. Aún así sigue encantada con la vida veraniega en el pueblo y por eso acude cada verano con su familia.

Ellos mismos comprueban verano a verano que hay varios tipos de turismo en estos municipios. “Estamos los que mantenemos las casas de nuestros abuelos y los que por oídas, por invitaciones de otros vascos o por lo que sea han decidido que aquí el verano es maravilloso y vienen cada año”.

Gente cuyos antepasados salieron del pueblo para trabajar en la papelera de Rentería o en Altos Hornos, en Bilbao, otros que en los veranos llegaron y emparentaron con gente de los pueblos riojanos y que vuelven año a año a llenar los municipios riojanos.

La familia de Alize ni recuerda desde cuándo veranea en Ezcaray. “Es un lugar ideal para pasar el verano con los niños”. Su marido y ella se turnan para pasar los meses de más calor allí. “Prácticamente desde que empiezan las vacaciones de los niños hasta que vuelven a empezar en el cole”. Desde Vizcaya reconocen que el municipio riojano les ofrece todo lo que necesitan: buen tiempo, una cuadrilla, naturaleza, gastronomía, buen ambiente pero tranquilidad si la buscas. “A Ezcaray lo único que le falta es playa, y si tuviese ya no sería lo mismo”.

Vascos que se convierten durante varios meses al año en riojanos de pura cepa y que disfrutan de las bondades de unos municipios en los que el verano se vive a la riojana.

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