Carlos Lasheras sabe que tiene fecha de caducidad, en la UD Logroñés y en cualquier otro club. No existen los contratos vitalicios cuando se trata de hacer una plantilla o de entrenar a un equipo de fútbol. Los éxitos son siempre puntuales. Nada permanece. Es, sin duda alguna, un hombre de fútbol. Firmó, en esta segunda etapa en la UD Logroñés -a la que decidió volver en su peor momento deportivo y teniendo mejor ofertas en categorías superiores-, por dos temporadas, y ha quemado la primera en una final por el ascenso que no salió, en lo deportivo, como se esperaba. Fútbol. Lo volverá a intentar y está trabajando intensamente para tener el mejor equipo posible.
Ese 2 de junio queda atrás, aunque permanecerá imborrable en la memoria del club. Fue un lleno que no acabó en fiesta. Otro punto de inflexión que no supo aprovechar el club. Y hubo entonces, justo el término del encuentro, uno de esos gestos que conviene tener en cuenta. Un gesto poco habitual en estos quince años de historia, porque nunca antes se había visto de forma tan clara. Se produjo en el palco de Las Gaunas. En el centro de la toma de decisiones. Desde abajo, quienes lo contemplaron lo siguen destacando: «Fue un gesto que nunca antes había visto. Vi al presidente realmente contrariado, afectado por la derrota. Fue una cara poco habitual, realmente mostró sus sensaciones». Quien lo vio define ese gesto: «Fue una cara entre la pena, la rabia y la frustración». Revuelta fracasó ante 14.000 espectadores. Lo nunca visto. Un presidente que horas antes se emocionaba ante los suyos por la inesperada respuesta masiva de la afición riojana.
Ha pasado un mes desde aquel domingo, y ya se ha puesto en marcha un nuevo proyecto deportivo en la UD Logroñés. El objetivo es el mismo, el ascenso. El nivel de exigencia, superior incluso al del curso pasado pese a que la entidad era una recién descendida. Y es que no hay tiempo que perder. La Primera Federación va a un ritmo superior y no conviene acostumbrarse al barro, que deja la piel muy fina pero a la larga dificulta ponerse en pie. La UD Logroñés se reconstruye un mes después del chasco histórico ante el Marbella con Las Gaunas a reventar.
Y lo cierto es que se ha visto obligada a cambiar de piel. Más de lo que le hubiera gustado. Lo explicaba este pasado lunes Carlos Lasheras, durante la presentación del nuevo entrenador, Miguel Flaño. Fue la primera comparecencia del fabricante de ascenso tras el chasco un mes atrás. La decisión de salir de Diego Martínez provocó que Lasheras buscara técnicos experimentados en la categoría, con ascensos a sus espaldas, pero no logró resolver a tiempo el acuerdo verbal que Aitor Calle ya tenía establecido con el Numancia. Así que tuvo que mirar hacia otro lado. Y ha apostado, de nuevo, como con Diego Martínez, por la juventud, teniendo en cuenta, eso sí, la enorme experiencia que el exjugador de Osasuna tiene en banquillos de Primera División, aunque sea como futbolista. Así que no le preocupa la gestión del vestuario, no pone en duda la capacidad del eterno capitán de Osasuna para dirigir un vestuario de Segunda Federación.
Flaño es el primer nombre de los que han llegado y seguirán llegando a la Ciudad Deportiva y a Las Gaunas para buscar el objetivo vital del ascenso. Flaño, Kike Royo, Daza, Iñaki, Ugarte, Monreal, Bobadilla, Sarriegi, Pau López, Enzo, Madrazo, Aliaga, Agüero, Barrero, Lupu… Nombres que llegan tras la cara cruda cara del presidente ante 14.000 personas. «Un poquito más de dinero sí tendremos». Fue la escueta respuesta de Carlos Lasheras a la pregunta de si tras el fiasco pasado se había incrementando la apuesta. Parece que sí. Pero había que preguntarle a Juanjo Guerreros, vicepresidente económico de la entidad blanquirroja. Conviene recordar que la temporada del descenso fue un desastre en lo económico, con un déficit de casi 900.000 euros.
Nada que ver con lo ocurrido en la temporada que se cerró el pasado 30 de junio. «El ejercicio ha ido bastante mejor que el anterior. Enseguida tendremos los datos y los comunicaremos», explicó el 1 de julio Guerreros. «Pero aunque hubiera ido peor, no habría incluido para nada en los recursos económicos con los que van a poder contar Carlos (Lasheras) y Miguel (Flaño) de cara a la consecución del objetivo», apuntó el vicepresidente económico de la entidad.
¿Qué es un «poquito más de dinero»? No queda claro. Puede servir de pista el 1.600.000 euros que empleó el club el pasado curso para hacer y gestionar todas las necesidades del primer equipo durante la temporada ya pasada. Así que se mejorará esa cuantía para pelear por el primer puesto, única plaza que garantiza salir del lodo y volver a la tercera categoría del fútbol español.
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