Cultura y Sociedad

José Carlos Santana: “Si traes a un madrileño a las montañas riojanas, flipa”

José Carlos Santana nació en un pueblo del norte de Soria limítrofe a la comunidad de La Rioja. Ingeniero agrónomo de profesión, especialista en árboles autóctonos y creador de proyectos de desarrollo agroforestal basados en recursos locales, es un amante y conocedor de la naturaleza. Desde bien pequeño destaca como una persona con mucha imaginación que no ha podido evitar soñar su propia historia con esas cosas que le parecen interesantes. En el año 2011 se arrancó en el mundillo de la escritura, sin embargo, hasta 2020 no publicaría su primera novela, titulada “Un lugar en el mapa”.

– Su profesión principal es la de ingeniero. ¿Cómo lo ha compaginado con la escritura de la novela?

– No lo he tenido que compaginar porque la inmensa mayoría del texto se redactó en el periodo que estuve como investigador y la formación de mi propia empresa para vivir en el mundo rural. Luego se quedó en el tintero unos años, entre la empresa y el hecho de que soy padre de familia numerosa hizo que la novela se quedara en un cajón. Pero llegó la pandemia y en el confinamiento me dije a mí mismo: tengo que terminar esto.

– ¿Qué vinculación tiene con La Rioja?

– La salida natural desde nuestra comarca de Soria siempre ha sido La Rioja. Desde mis abuelos, que eran ganaderos, ya tenía mucho contacto con La Rioja. Cuando era pequeño hacía excursiones con mi primo mayor e íbamos a pueblos como Enciso, Arnedo o Cervera del Río Alhama. Otras veces explorábamos Montenegro de Cameros, Villoslada de Cameros y Ortigosa. Nos encantaba recorrer esos pueblos que aparecen en la novela, como Ventrosa, Viniegra de Arriba y Viniegra de Abajo.

– Javier, el protagonista de la novela, ¿es ficticio o es real?

– Todos los personajes son inventados. Sin embargo, para mí Javier no es el protagonista, sino un vehículo necesario que hila la historia. Hay dos niveles narrativos. El primero se da en los capítulos impares, cuyas historias son breves y están situadas en varios lugares del mundo en distintos tiempos, con personajes muy variados y que aparentemente no tienen conexión entre sí. En los capítulos pares se narra una historia lineal en la que Javier es el vehículo y al final todas esas historias confluyen. De hecho, yo pienso que el protagonista es otro que no se detecta hasta el final.

– ¿Qué busca expresar con esta novela?

– Era algo que necesitaba hacer. Llevo historias dentro de mí que necesitaba contar. Escribir es incluso terapéutico: sacas muchas cosas que tienes rondando por tu cabeza y cosas a las que no has dado salida, incluso de tu infancia. Empecé a escribir en un momento en el que estaba preocupado por no tener trabajo tras haber estudiado mucho y sacar un doctorado. Por las noches comencé a escribir una historia que me secuestró, que me interesó muchísimo. Al principio no tenía el objetivo de publicar, pero a medida que iba viendo la historia y lo entretenida e interesante que resultaba, decidimos publicarla.

– ¿Qué lugares de La Rioja ha recreado en la novela?

– Creé una comarca imaginaria porque me apetecía tener un lugar rural que es donde me siento cómodo contando las cosas. Quería tener un lugar que tuviera todos los elementos a mano que me hacían falta. Para eso, lo que iba haciendo inconscientemente era ir pegando diferentes lugares en un mismo sitio. Hay sitios de Soria, algún sitio de Burgos y muchos de La Rioja. Aparte de los pueblos imaginarios, hay referencias explícitas a Logroño y Arnedo. Así los lectores entienden dónde quiero situar mi comarca imaginaria. El Monasterio de Valvanera es fundamental en la novela, un sitio mágico para mí que ha dado vueltas por mi cabeza desde que era pequeño.

– ¿Qué es lo que más le gusta de La Rioja?

– La Rioja me gusta mucho. Primero porque es variada y segundo porque es una provincia hermana para nosotros. Pasar de tierras altas de Soria a los Cameros es como no cambiar nada. La Rioja tiene unas montañas que si coges a un profano y le dices que está en los Pirineos, se lo cree. Unos paisajes y unos pueblos, probablemente con la mayor despoblación de la Península, que son impresionantes. Si coges a un madrileño y lo traes aquí, flipa. Se piensan que La Rioja es una sucesión de bodegas. La gente de fuera no es consciente de lo que hay aquí. Ganadería, montañas de más de 2.300 metros, valles con una altitud tremenda. La Rioja tiene una diversidad de paisajes tremenda gracias a la ruptura entre el Duero y el Ebro. Goza de vegetación mediterránea, atlántica y eurosiberiana. Es un sitio muy variado y bonito.

– En ciertas partes de la novela se busca reivindicar el papel de la mujer a lo largo de la historia.

– Sí. En un principio no fue buscado, pero cuando vi hacia donde me estaba llevando el subconsciente lo promoví más aún. Hay un grupo de personas que es esencial a lo largo de la historia. Esas personas que, por amor a los demás y por hacer lo que es necesario hacer, son capaces de sacrificar sus propias individualidades. Las mujeres siempre han sido quienes se han sacrificado por amor a los demás. La mujer siempre ha sido el personaje que ha mantenido los pies en la tierra y que piensa en cuidar a los demás. Esto es una pena porque muchas veces se les ha otorgado ese papel sin la capacidad de poder elegir. Por eso promoví que las mujeres tuvieran ese papel principal y heroico que se les negaba en la literatura del siglo veinte.

– ¿Cuánto tiempo le ha llevado escribir la novela? 

– El tiempo real dice que la empecé en el 2011 y la terminé en 2020. El tiempo efectivo calculo que hayan sido unos seis meses. Cada vez que me sentaba no podía parar de escribir.

– ¿Tiene pensado publicar más libros?

– Estoy escribiendo una segunda novela. No tengo una obligación y creo que eso ayuda a que escribir me resulte tan fácil. Tengo otra historia que contar y espero poder publicarla también.

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