Universidad de La Rioja

La ciencia confirma que el Castillo de Viguera tuvo moradores a lo largo de tres milenios

El yacimiento del Castillo de Viguera cuenta con un registro arqueológico de más de 30 dataciones radiocarbónicas que permiten certificar sus diferentes fases de ocupación, que van desde, al menos, la Edad del Bronce (1700 antes de Cristo), pasando por la fase romana, la Banu Qasi, o del llamado ‘Reino de Viguera’, hasta la fase del periodo castellano, a mediados del siglo XIV.

En el VII Congreso Internacional de la Sociedad de Estudios de la Cerámica Antigua en Hispania (SECAH) celebrado esta semana en Lisboa, se ha presentado el estudio de la cerámica de esta fase romana del siglo V, avalada por tres de estas dataciones.

Las cerámicas grises son un tipo de cerámica romana muy específica, de lujo (vajilla de mesa), producidas en el epígono del imperio romano de Occidente, originadas entre finales del siglo IV e inicios del V, perdurando en ocasiones hasta finales de ese siglo V.

Estas cerámicas comenzaron a fabricarse en el entorno del sur de la Galia, (espacio del mediterráneo en Languedoc, por un lado; y territorio atlántico por otro). Posteriormente se expandirán y producirán, por imitación, en el entorno hispano.

Ambas producciones, tanto hispanas, como gálicas, se encuentran registradas en el Castillo de Viguera. Las dataciones radiocarbónicas de los momentos de uso de estas cerámicas arrancan a partir de inicios del siglo V en este yacimiento militar riojano.

Las cerámicas grises son hijas de ese estadio de cambio en el Imperio Romano occidental e interesan y son interesantes para averiguar aspectos como la procedencia de las cerámicas en unas zonas, por qué no están presentes en otras, la ausencia de otro tipo de cerámicas en los yacimientos, si aparecen en los que son núcleos de poder y control territorial como es éste, pero no en otros, el comercio y zonas en contacto, diferentes estadios de evolución social y económica de diversos territorios, etc.

En un mundo, el romano, que no acaba de morir y otro, el medieval, que no acaba de nacer, los suministros de algunos tipos de cerámicas comienzan a escasear paulatinamente, los talleres comienzan a tener problemas de distribución de los materiales a larga distancia, o no pueden distribuir el volumen anterior de cerámicas entre sus mercados habituales.

Surgen nuevas realidades y nuevos productos. Son momentos de cambio y por tanto de adaptación social y de transformación. Eso tiene un reflejo también material en los productos y ello se expresa y concreta en este tipo específico de cerámicas. Son pruebas de la materialización del cambio y la transformación y, por tanto, es interesante su estudio.

En cuanto a la datación radiocarbónica, este método de datación fiable es relevante dado que no son abundantes los yacimientos en la península que dispongan de estas piezas bien datadas y contextualizadas, sobre todo, referidas a la Tardoantigüedad y alta Edad Media peninsular.

Así se desprende de las investigaciones iniciadas por Luis Carlos Juan Tovar (SECAH) y José María Tejado Sebastián (Universidad de La Rioja), que ya publicaron hace unos meses un nuevo tipo de lucerna romana aparecida también en este yacimiento.

Dichos estudios preliminares han sido presentados en el VII Congreso internacional de la Sociedad de Estudios de la Cerámica Antigua en Hispania (S.E.C.A.H.) que tuvo lugar del 15 al 18 de mayo de 2024 en la Universidad Nova de Lisboa.

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