Pablo Bobadilla, con 27 años, regresa a casa para echar una mano. Salió tras el complicado descenso de Segunda División. Entonces le tocó cumplir un rol por encima de sus capacidades, fue quien mantuvo el tipo en los peores momentos. Decidió cambiar de aires, para enrolarse en el Racing de Santander de Fernández Romo, con quien logró un histórico ascenso a Segunda siendo un jugador vital en el esquema del técnico. Se quedó en Segunda, pero sin minutos, salió hacia otro de esos proyectos relevantes, a un recién descendido de la LFP como el Ibiza, en donde no ha tenido apenas presencia en el once, con tan solo tres partidos.
Así que vuelve a casa para jugar, para jugar minutos, para ser importante de nuevo en un objetivo común, juntos, con el equipo de su tierra, con el que ya logró cosas muy importantes, situarse ambos de nuevo en Primera Federación. Da un paso atrás para empujar en la vuelta del equipo, que acaba de hacer una de esas apuestas seguras, pero importantes, que marcan claramente el nivel de intensidad que está teniendo Carlos Lasheras en los refuerzos, por encima, en este caso, de la categoría.
Pablo Bobadilla, salido desde abajo de la cantera de la UD Logroñés logró alcanzar el sueño de jugar en Segunda con el equipo de su región. Y ahora regresa, como lo hiciera en su momento Iñaki, para recuperar los minutos perdidos durante estas dos últimas temporadas y de paso ayudar a que el club recupere el espacio perdido.
La entidad se garantiza un futbolista de superior categoría, capaz de jugar en ambos flancos del centro de la defensa, que conoce a la perfección la entidad, y que ahora podrá entrenar en las mejores condiciones gracias a la Ciudad Deportiva. Pablo Bobadilla eleva el listón de la apuesta que está haciendo Carlos Lasheras y el club para intentar el ascenso por la vía directa, fortaleciendo además una cuestión imprescindible para la UD Logroñés, el sentimiento de pertenencia que tiene Pablo Bobadilla hacia el club, y del cariño de la afición al central de Nájera.
Formado en las categorías inferiores del conjunto blanquirrojo, con cesión al Izarra incluida, Bobadilla dio el salto a la primera plantilla en el curso 2018-19. Con la UD Logroñés disputó 29 encuentros en Segunda División (y uno más con el Racing). Para Pablo, es “una enorme alegría” responder a la llamada de su club de origen: “Me siento muy feliz de estar de nuevo en mi equipo. Intentaré poner todo de mi parte para conseguir los objetivos y devolver a la Unión Deportiva Logroñés mínimo a una categoría superior. Con toda la gente que nos respalda y el grupo que formaremos lucharemos por ese deseado ascenso”.
