Especial Enoturismo

Agoncillo, destino fortificado

El desarrollo turístico de Agoncillo ha experimentado su mayor evolución a partir de 2020, cuando el municipio se topó con una partida presupuestaria exclusiva para la promoción turística. Fue ahí cuando comenzó una nueva andadura para esta población, que cuenta con infinidad de recursos tanto en materia de comunicaciones como de ofertas de ocio. El Ayuntamiento se halla inmerso desde entonces en un proceso para impulsar el turismo aprovechando todos y cada unos de sus potenciales.

El Plan 2020-2027 que se ha gestado se está haciendo como una hoja de ruta para mejorar el posicionamiento del municipio en el mercado turístico regional, consolidar el crecimiento de la afluencia turística y mejorar también la competitividad del sector. Todo ello para que la actividad turística contribuya a la generación de empleo y renta y a la mejora de la calidad de vida en el municipio.

Unas actuaciones que han hecho que Agoncillo pase de 2.710 turistas en el año 2019 a 5.690 turistas en estos cuatro primeros meses de 2024. “No solo han aumentado los visitantes, sino también las pernoctaciones”, celebra su alcaldesa, Encarna Fuertes. “Nuestros dos alojamientos turísticos están teniendo una ocupación muy alta durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano. Por otro lado, los negocios de restauración también han aumentado sus ventas e incluso los estudiantes de La Rioja Media hacen viajes culturales para conocer el Castillo de Aguas Mansas junto con el Museo Würth”.

En este sentido, más allá de la cercanía al aeropuerto, Fuertes asegura que la mayoría de los turistas que llegan a la localidad lo hacen a través de coches particulares y autobuses de grupos organizados, por lo que ese tránsito aeroportuario no afecta al crecimiento turístico de Agoncillo. De igual forma, los escasos 14 kilómetros que la separan de la capital riojana junto a las diversas conexiones mediante líneas de Metropolitano que existen también incentiva la llegada de visitantes.

Aunque es conocido también por su polígono industrial, siendo un destino atractivo para muchas empresas, Agoncillo también es destino rural y gastronómico. “Los tres restaurantes con los que cuenta el municipio ofrecen siempre cartas y menús donde predomina la cocina riojana tradicional, con verdura fresca de la zona y, cómo no, un buen vino de Rioja en la mesa”.

Siendo Agoncillo un pueblo dedicado al sector agrícola, con viñedo, cereal, olivos y frutales, principalmente, hay un cultivo que destaca entre todos los demás por su singularidad: el azafrán ecológico. Este es el único municipio de La Rioja que cuenta con una explotación dedicada a este producto agroalimentario que también cumple con su papel de atracción turística. “El Azafrán Aguas Mansas es una empresa familiar cuyos integrantes cultivan, recolectan, elaboran y comercializan este producto. Además, tienen abierto al turista una sala donde profundizan en el proceso del azafrán desde su cultivo hasta su puesta en la mesa, con la posibilidad, en el mes de noviembre, de acercarse a la finca y poder recolectar las flores de azafrán”, explica la alcaldesa.

Uno de los enclaves más visitados de esta localidad es el Castillo de Aguas Mansas, en plena plaza de Agoncillo. Pese a que el visitante puede pensar que el origen del castillo es defensivo al ver su foso, lo cierto es que su origen es de vigilancia. En el siglo XIII se construyó un antiguo torreón (lo que ahora es la Torre del Homenaje, anexa a la edificación) para vigilar el comercio hortofrutícola de la zona. Una vez abandonada la torre, sobre el siglo XV, se comenzó a construir lo que ahora es el Castillo de Aguas Mansas, una edificación cuadrada con cuatro torres en sus esquinas. Estuvo habitado hasta mediados de los años 60 y posteriormente se abandonó. “El estado de abandono era tal que había que decidir si se derruía o se recuperaba. La decisión de recuperarlo fue el mejor regalo que el Gobierno de La Rioja pudo hacer a nuestro municipio. A través de la Consejería de Cultura se formalizó el acuerdo de restauración completa del castillo, que se hizo en tres fases. En 2002 pudimos estrenar lo que ahora es la casa de todos, nuestro Ayuntamiento”, destaca Fuertes.

Y no hay pueblo en La Rioja que no destaque por sus fiestas patronales donde rendir homenaje a su cultura y tradiciones. Las de Agoncillo se celebran el 16 de agosto para festejar a su patrón, San Roque, aunque durante todo el año el municipio tiene varias citas más en su calendario de fiestas: la Feria Medieval (primer fin de semana de junio), la Jornada enogastronómica Brindis Aguas Mansas (julio) y la representación del Belén Viviente en Navidad.

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