Adiós a la fantasía de los riojanos de poder bañarse este verano en una playa con bandera azul a menos de una hora en coche de su casa. El embalse de Alloz, habitualmente concurrido durante los meses estivales por vecinos de la comunidad, se queda sin el distintivo que acredita la calidad de las aguas de baño. No ondeará el pendón azul. Al menos, no este año. Y ha sido el propio Ayuntamiento de Guesálaz el que ha preferido renunciar temporalmente al distintivo.
La razón para adoptar tal decisión es el temor a que Alloz se convierta en el Benidorm del norte, es decir, que la bandera azul derive en una masificación del entorno. De producirse, los vecinos de la zona consideran que no obtendrían ningún beneficio y sí excesivos costes.
Para evitarlo, el Ayuntamiento navarro ha optado -en virtud a un acuerdo adoptado por unanimidad en el pleno- por no solicitar la enseña al organismo que las concede y esperar al menos un año para izar la tela que certifica que las ‘playas’ de Alloz son “excelentes”. Ese es el plazo que se dan para desarrollar un plan de mejora de la seguridad y de la gestión de las visitas para preservar la sostenibilidad del entorno. Al mismo tiempo, dan margen al Gobierno de Navarra para regular una mayor protección ambiental en la zona.
Entre los ‘deberes’ del Consistorio en los próximos doce meses se encuentra el desarrollo de una ordenanza municipal para perros, de la que carece el pantano y es una de las exigencias para que ondee la bandera azul.
