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Voltarel y un abrazo de gol de más de 10.000 kilómetros para soñar con el ascenso

Voltarel celebra el gol con su madre / Foto: CD Anguiano

A veces, el fútbol, el amor de una madre y la ilusión por un ascenso a Segunda Federación pueden ir unidos. Y ese es el caso de Marcos Voltarel, central del Anguiano. Natural de Crespo (Argentina), aterrizó en el fútbol riojano en 2018 y el pasado domingo se convirtió en protagonista total. Voltarel anotó el 1-0 de cabeza frente a la Oyonesa, en la vuelta de la final regional. Acto seguido, se recorrió todo el campo para celebrarlo con su madre. Casualidades de la vida, ella había llegado días atrás para visitarle desde Argentina, coincidió con el encuentro y como colofón, festejó con su hijo un tanto tan importante. Un gol que, a la postre, sirvió para que su equipo pasara ronda. Y es que para un amor tan puro como el materno-filial, 10.000 kilómetros y un océano como el Atlántico no son nada.

“Mi mamá vino a visitarme y dio la casualidad de que seguíamos jugando. Ya el hecho de que venga a visitarme para mí es muy lindo, hacía cuatro o cinco años que no me veía jugar un partido”, explica Voltarel, que vivió un 9 de junio muy especial. Y por supuesto, se acuerda del gol: “Yo nunca marco goles, pero salió. Me crucé todo el campo y fui a dedicárselo a ella. Tenía una cosa metida en la cabeza: si metía gol tenía que ir a buscarla. Yo la vi, cuando empecé el partido sabía donde estaba, así que me quedó fácil”. Así se dio un domingo inmejorable, que los serranos remataron con un pase agónico en la prórroga (2-1), con tanto de Mateo.

Y esta compañía seguirá en esta final, que ha emparejado a los serranos con el Ardoi Navarro, con la ida este sábado a las 20:00 horas en Navarra y la vuelta, la próxima semana en Isla (22-23 de junio). “Vamos a ir el sábado a ver el partido, porque yo este sábado no puedo jugar por acumulación de tarjetas y ya se queda también para la final. Cuando viene a verme, se suele quedar un mes o así. Hay una gran distancia y aparte es que los billetes no son nada baratos”, explica. Obligado a cumplir ese ciclo de tarjetas, animará desde la grada a sus compañeros y esperará con ansias su oportunidad en el partido de vuelta.

Llegado este momento y con ese empuje de su mamá, hay energías de sobra para luchar por el ascenso. “No quiero manifestarlo demasiado (quizá por eso del ‘gafe’ antes de una final), pero sí, todo el equipo está con muchas, muchas, muchas ganas. Al final, vinimos ahí un poco de la pelea por la liga (el ascenso directo) y faltando una jornada te das cuenta de que no vas a alcanzar. Pero ahí, cuando ves al compañero entrenando o en la ducha y dice, bueno, pueden pasar cosas. Y cuando te quieres dar cuenta, quedan dos partidos y si te salen bien, asciendes”.

Foto: cedida por Marcos Voltarel

Otro motivo para tener ganas es el hecho de que Voltarel nunca ha jugado una ronda así. Sí lo hizo en el playoff a Segunda B del COVID (2020-21), contra la SD Logroñés: “Pero no fue nacional, no hubo público y además, igual por ser la que estoy viviendo ahora, la estoy viviendo con intensidad”. Eso sí y siempre a título temporal, reconoce algo de “desilusión” por el rival. “Me hubiera gustado Mallorca o Las Islas Canarias. Hablo personalmente, quería que nos tocaran al menos cuatro horas de viaje, vivir un desplazamiento bonito, estar en la playa. Hay que ver también lo positivo, no está tan lejos, llegaremos descansados”, valora.

Y respecto al Ardoi, deja claro su pensamiento: “Dicen que es el más asequible, pero yo la verdad que eso no me lo creo. No creo que sean un mal equipo”. Para el Anguiano, un pueblo de 500 habitantes, ya es un éxito sin paliativos situarse en una ronda con históricos como el Toledo, gigantes de la categoría como el Salamanca o diversos filiales de equipos profesionales. Un pez entre tiburones, pero por mucho que sea un tópico, a 90 minutos todo puede pasar. Tampoco estarán solos los riojalteños en la ida, ya que el bus fletado por el equipo, viaje y entrada por 20 euros, ya está completo, según ha confirmado el propio futbolista.

Restan diez días por delante que, pase lo que pase, serán inolvidables para un Club Deportivo Anguiano que cuenta con uno de los campos de fútbol más especiales del país. Bajo la Sierra de la Demanda, con la ilusión de un pueblo y el amor de una madre, Voltarel aspira a vivir la cara bonita del fútbol aficionado. Nunca la entidad ha llegado tan lejos en una fase de ascenso y por supuesto, nunca ha militado en categorías superiores a Tercera. Pero las estadísticas están para romperse.

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