El cambio de tendencias en el turismo tras la pandemia puede ser clave para Rioja y La Rioja. «Hasta ahora teníamos un turismo muy concentrado en algunas zonas, muy estacional y muy marcado por planes como el sol y la playa, pero eso ha cambiado». La reflexión es de la jefa de área de Turismo Cultural y Marketing de Contenidos de Turespaña, Natalia Briales, quien incide en una tendencia que está abriendo nuevos nichos de mercado en los que Rioja tiene mucho que decir. «Cada vez viene más gente de otros lugares, las pernoctaciones están siendo mayores en la zona norte de España y ya no se focaliza en los tres meses de verano».
Briales ha participado en la segunda mesa redonda del Foro Origen, organizado por NueveCuatroUno, donde se ha visto el enoturismo como un paraguas para un sector en plena ebullición que hay que seguir moldeando para encontrar un camino propio. De ello se han encargado también Virginia Borges, directora general de Turismo y Promoción Territorial del Gobierno de La Rioja; Chelo Miñana, directora del Máster en Formación Permanente en Enoturismo de UNIR; y Eduardo Diego, de la Federación Española del Vino (FEV).
Desde Turespaña han destacado que uno de los retos de futuro está en buscar un «turismo de calidad», por lo que Briales ha incidido en que España no se puede permitir más de 85 millones de turistas anuales (están previstos cien para 2024). «Por eso hay que empezar a elegir».
Por ello, ha recordado que en los últimos siete años las cifras de los turistas que entran con una motivación gastronómica en España se han duplicado. «Un modelo muy relacionado con Rioja porque busca espacios cada vez más abiertos, una clara sensibilización por el medio ambiente y la creación de experiencias únicas», ha apuntado, poniendo el acento en que «no se puede seguir creciendo sin crear sinergias con las que seguir potenciando el sector y unirse en propuestas para ser mucho más fuertes».
«Tenemos potencial para ser líderes»
El interés por el enoturismo ha tenido en los últimos años un crecimiento «exponencial», ha señalado Eduardo de Diego (FEV), quien ha recordado que «aunque fueron las grandes empresas las pioneras con proyectos muy punteros, cada vez es más la conciencia de que es un segmento rentable y que es fundamental en el sector.
«El vino no es sólo alcohol, es también cultura y toda una serie de experiencias que se explican a través del enoturismo porque nos permite ser completamente transparentes. Esto no va de copiar a nadie ni de inventarse nada sino de potenciar los atributos que tenemos y en Rioja hay potencial para ser líderes», ha añadido, ya que a su juicio el enoturismo es algo transversal. «Es algo de todos, que nos ayuda a crecer y nos permite conservar el territorio y ayudar a los viticultores, pero hay que tener ambición , pensar en grande y construir un consenso a nivel regional».
La directora general de Turismo de La Rioja ha reafirmado que «no hay ninguna comunidad en la que el vino sea tan vertebrador como en Rioja», por lo que ha reivindicado «el tener que ser líderes en el sector». Para Borges, es imprescindible «reforzar una simbiosis entre el mundo del vino y el del turismo porque son dos mundos que están condenados a entenderse».
«El enoturismo no son sólo bodegas, sino un modelo de territorio en el que el vino tiene que ser palanca y la unión es imprescindible. En un territorio tan pequeño nos podemos permitir el lujo de sumar, ya que si tenemos el mayor viñedo del mundo tenemos que convertirnos en el mayor territorio enoturístico del mundo», ha concluido.
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