Es una calle que conserva el glamour de lo antiguo, de esa época en la que se hacían las cosas con algo de esmero, aunque costaran un poco más. Y Logroño se sumó a eso del ensanche aunque fuera un periodo, por desgracia, demasiado corto. Aún así, la calle Canalejas de la capital conserva el sabor de la ‘Belle Epoque’, que con una merecida peatonalización se le dio la importancia que precisaba.
Justo en la esquina, la que mira hacia la Gran Vía, Canalejas con Marqués de Murrieta, ha surgido un nuevo edificio que ha hecho de la sencillez virtud. Y en sus bajos, a ambos lados del portal de acceso, un local con muchas posibilidades en el que se podía leer ‘con salida de humos’. Apuntaba a bar, a restaurante, teniendo además en cuenta que disfrutaría de una terraza en una calle peatonal como ésta.
Sin embargo, la hostelería no lo ocupa todo. Y finalmente, una de las esquinas más solicitadas de Logroño, al menos de esta parte de la capital, estará ocupada por un gran bazar. A la izquierda del portal, ya atiende una empresa de fibra óptica, y a la derecha, en la esquina, que dispondrá de amplios ventanales a la calle Canalejas, ya se pueden ver las obras y por tanto la disposición que tendrá este bazar en el que a buen seguro se venderá de todo un poco, todos esos artículos que siempre son necesarios cuando surgen necesidades inesperadas. No siempre se tiene cinta aislante a mano.
