La Rioja

El acusado de envenenar a un anciano afirma que “por nada del mundo” le hubiera hecho daño

FOTO: EFE/ Fernando Díaz.

El acusado de ser el supuesto autor del asesinato de un anciano al envenenarle con una líquido desatascador en Logroño, en agosto de 2020, ha asegurado este lunes, entre lágrimas, que “por nada del mundo” hubiera hecho daño a la víctima, a la que cuidaba.

Este hombre, un albañil que cuando ocurrieron los hechos no trabajaba, ha intervenido en la última sesión del juicio por tribunal de jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Logroño desde el pasado 4 de marzo.

El fiscal pide para el acusado una pena de 23 años de prisión como presunto autor de un delito con alevosía; mientras que la defensa solicita la absolución al entender que el anciano, de 82 años, se suicidó.

Este lunes, el fiscal y la defensa han expuesto sus informes finales tras los testimonios de algunos testigos y peritos.

La acusación pública ha incidido en que el acusado es el único beneficiado de la muerte de la víctima, ya que, días antes, el anciano le hizo beneficiario de su testamento; y la defensa ha señalado que no hay ni testimonios ni pruebas de los hechos de los que se acusa a su cliente, por lo que considera que debe mantenerse el principio de inocencia.

El acusado, arropado en la sala por varios miembros de su familia, ha recalcado que cuidaba al anciano “con toda mi alma porque solo me tenía a mí”, “pasaba mucho tiempo con él” y que no hizo nada de lo que se le acusa, “aunque haya quien no me crea”.

Sospechas y chismorreos

El abogado defensor ha recordado a los miembros del jurado que la presunción de inocencia solo puede revertirse “con pruebas de cargo, no con especulaciones”, y, “con todo el respeto”, se basa solo en “sospechas y chismorreos”.

Entre los indicios de que el anciano pensaba en quitarse la vida, ha narrado, está que “era un hombre que nunca había viajado y en 15 días se fue dos veces de vacaciones” con el acusado y el que “esa noche le mandó (a su cliente) a la cama”.

También ha recordado el testimonio de un notario en el juicio, quien dijo que el anciano estaba en plenas facultades mentales y no se sentía coaccionado al hacer testamento en favor del acusado.

“Si hubiera querido matarle, es más probable que hubiera usado un método más sibilino”, según este abogado, quien ha recordado que “los testigos han declarado que -la víctima- recibía cuidados de forma impecable, salvo su sobrino, que es parte interesada”.

Además, el anciano hubiera podido defenderse si se le obliga a beber un líquido, pero la autopsia precisa que no tenía signos de sujeción, lucha o defensa, ha señalado la defensa, que ha citado que se encontraron unas notas manuscritas de despedida.

“Frente a la presunción de inocencia, que se mantiene intacta, solo hay suposiciones”, según la defensa, que ha dicho que está el principio por el que, en caso de duda, se falla a favor del reo y, “con lo visto aquí, es imposible que al menos no duden” los miembros del jurado.

El cambio del testamento

Por su parte, el fiscal se ha reafirmado en su petición de 23 años de prisión para este hombre y ha solicitado que se revoque el testamento del fallecido a favor del acusado, ya que cree que el móvil del asesinato fue heredarle y ha descartado la idea del suicidio.

“Del mero contenido del testamento se extrae que no se quería quitar la vida (el anciano), porque dejó su herencia al acusado a cambio de que le cuidase”, según el fiscal, y “de eso se desprende que lo último que quiere es morirse, es una cuestión de lógica”.

Ha recordado que el acusado compró el desatascador, aunque la policía comprobó que “las tuberías y cañerías de la casa funcionaban con normalidad”; y que algunos peritos afirmaron en el juicio que tenían que haber pasado horas desde la ingesta de ese líquido hasta que el acusado llamó a Urgencias.

El fiscal también duda de que el anciano pudiera llegar por sí solo a donde habían dejado el desatascador; cree que el testimonio del notario es “extraño” y que lo presentado como nota de suicidio es, para él, “un escrito de despedida de la familia dictado por el acusado”.

Además, ha concluido, cree que el acusado quería incinerar al anciano y esparcir las cenizas fuera de Logroño.

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