Llevar a los críos al cole puede convertirse en un calvario, más allá de los habituales atascos de cualquier capital de provincia. En esta ocasión, las molestias se derivan de un camino, el de El Cortijo, que en algunos tramos parece más propio de un país subdesarrollado, a consecuencia de los desprendimientos provocados por las tormentas del final del verano.
“Todos los días tengo que pasar por ese camino para llevar a mis hijas al colegio y es desastroso cómo esta el camino”, señala al Sereno una amable lectora, quien subraya que la situación “va a peor y lo único que han hecho ha sido poner un cartel de obras para circular a 20 kilómetros por hora”. “El camino es penoso; por favor, que lo arreglen ya”.
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