Las fiestas de San Mateo tampoco escapan a la polarización. Si la sociedad se divide en concebollistas y sincebollistas, en pañuelos ‘Rioja’ o azules, en apocalípticos e integrados; la división también se deja notar entre quienes creen que el derecho al descanso es innegociable y quienes consideran que durante las fiestas hay que hacer la vista gorda con los decibelios.
Este año, con su nueva ubicación, todas las orejas apuntan al Espacio Peñas 2.0. A la queja de un amable lector sobre el ruido en el entorno del Parque de la Ribera se han sumado otros mensajes que el Sereno ha recibido con la acostumbrada neutralidad respecto a los temas que preocupan a los logroñeses.
“Les invito a cambiar mi casa por la suya durante las próximas fiestas. Disfrutarían de varias noches en compañía del Parrilla Rock y entonces sabrían lo que es, no ya no poder dormir, sino no poder ni estar en casa debido a la vibración de cristales y cualquier objeto que no esté sujeto al suelo”, señala al Sereno otro amable, quien sentencia que “lo de los decibelios libres es una verdadera agresión por parte de quien corresponda en el Consistorio a parte del vecindario de esta ciudad”.
Desde Madre de Dios llegan lamentos en la misma sintonía: “Estamos cansados de ruidos todo el año: barras de la universidad, fuegos artificiales, chupinazo, fiestas, dulzaina, toros… Hay festejos que podrían derivarse a otras zonas, porque lo de las barras implica que estemos entre semana sin dormir por el trasiego de gente borracha, las peleas o las patadas a contenedores”. “Hace años los fuegos se lanzaban desde el Parque de la Eñe”, recuerda.
Otro amable lector apunta al Sereno que el Parque de la Ribera “está metido en una caja de resonancia y cualquier sonido se multiplica; es insoportable. Ni la cabezada después de comer nos dejan”, se queja, avanzando que “los próximos sanmateos, a Benidorm”.
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