La Rioja

Ella no lo haría: la Policía identifica a un hombre por abandonar a su tortuga en Logroño

Agentes destinados en la Jefatura Superior de Policía de La Rioja han identificado a un varón, de 45 años de edad y vecino de Logroño, como el presunto autor de un delito de abandono de animal domestico, tras abandonar una tortuga en una calle de Logroño.

El pasado viernes en la calle Éibar de Logroño, cuando los agentes se encontraban de servicio fueron requeridos por la Sala Cimacc 091 debido a que una vecina había observado como un varón se apeaba de una furgoneta con un bulto de grandes dimensiones en sus manos y lo abandonaba en el césped, montando de nuevo el varón en la furgoneta y abandonando así el lugar.

La requirente había comprobado cómo en el interior de la bolsa se encontraban una tortuga. Al objeto de su protección y cuidado, los policías hicieron entrega en un centro veterinario de la ciudad quien posteriormente iba a remitir un informe al centro de recogida de animales de la Fombera.

Posteriormente, los policías lograron identificar al varón presunto autor de un delito de abandono de animal domestico, un varón, 45 años de edad, vecino de Logroño que supuestamente abandonó a la tortuga, remitiendo un informe a la autoridad judicial.

Desde la Policía Nacional se apela a los ciudadanos al no abandono de los animales domésticos, dado su bajo precio y la poca reflexión de sus propietarios respecto a las responsabilidades de su adquisición.

Entre otros, uno de los problemas más graves que conlleva el abandono de las tortugas, es su alta mortalidad: mueren de enfermedades que nadie puede tratar; atacadas por otros animales, succionadas por desagües, o aplastadas por vehículos o herramientas cuando se producen tareas de mantenimiento en los estanques.

El abandono de tortugas es tan masivo, que los centros que rescatan y acogen este tipo de animales se encuentran colapsados ​​y, frecuentemente, a los animales que se retiran de los parques y estanques urbanos se les practica la eutanasia.

Además, las tortugas exóticas suponen una grave amenaza para la fauna y la flora autóctonas cuando son liberadas en la naturaleza ya que compiten con las especies autóctonas para sobrevivir, y pueden llegar a provocar la extinción de algunas.

El comercio de tortugas

Cada año se importan en España medio millón de tortugas para ser vendidas como mascotas. Debido a las condiciones de captura, crianza, transporte y almacenaje, se calcula que sólo 1 de cada 10 animales exóticos con los que se comercia llega vivo al
punto de venta. Asimismo, un reciente estudio publicado en la revista científica The Biologist revela que el 75% de los reptiles vendidos a particulares acaban muriendo durante su primer año de tenencia.

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