La Rioja

Uno de cada veinte adolescentes ha intentado suicidarse en algún momento de su vida

El 4,9 por ciento de los adolescentes en España, es decir alrededor de uno de cada 20, ha intentado suicidarse en algún momento de su vida y el 16,7 por ciento ha tenido ideas sobre ello, en ambos casos con una mayor prevalencia de mujeres, según un estudio elaborado por la Psicofundación y el Consejo General de Psicología y presentado esta semana.

Se trata del estudio ‘Psicología basada en la evidencia en contextos educativos (PsiCE)’, el mayor realizado en España sobre salud mental juvenil y eficacia de las intervenciones psicológicas en contextos escolares, elaborado con entrevistas a 8.749 estudiantes de entre 14 y 18 años de Andalucía, Castilla La Mancha, Galicia, La Rioja, Madrid, Murcia, Asturias y la Comunidad Valenciana.

Las principales conclusiones de las que alerta son, además de los citados datos, que un 7,5 por ciento de los estudiantes ha admitido que alguna vez “ha planificado quitarte la vida”, un 20,8 por ciento ha confesado que ha llegado a desear estar muerto, mientras que un 9,5 por ciento ha comentado a alguien que ha querido morir.

Por sexos, el 7 por ciento de las jóvenes han confesado que alguna vez ha intentado quitarse la vida, frente al 2,2 por ciento de los varones, mientras que el 10,9 % de ellas ha planificado alguna vez su suicidio (3,8 % en el caso de ellos).

Riesgo alto

El estudio arroja que un 5,4 por ciento de la muestra se encontraría “en un nivel de gravedad alto de ideación suicida, cifra que supone que en una clase de 25 estudiantes, aproximadamente una persona podría considerase que tiene un riesgo elevado de conducta suicida.

Pone de manifiesto que los indicadores sobre tentativa de suicidio son más altos entre las mujeres que en hombres y detecta también una alta prevalencia de síntomas como la ansiedad o depresión entre los estudiantes.

De esta forma, el 14 por ciento de los adolescentes ha manifestado una “sintomatología ansiosa moderada-grave y grave”, datos que si se contextualizan en una clase de 25 alumnos, se podría inferir que aproximadamente 4 estudiantes tendrían “sintomatología de tipo ansiosa con un nivel de alto de gravedad”.

Asimismo, el 11,8 por ciento de la muestra ha confesado que en los últimos 15 días ha sentido nervios o ansiedad o se han sentido muy alterados, de forma que el 20,8 por ciento de las mujeres ha apuntado a “síntomas de ansiedad grave, mientras que el 5,8 por ciento de los hombres estaría dentro de esta franja”, un dato que vuelve a revelar una diferencia “estadísticamente significativa”.

Del estudio se desprende que el 12 por ciento de los adolescentes de 14 a 18 años ha presentado puntuaciones compatibles con riesgo de mala salud mental y que el 16 % se encuentra en “la franja de puntuación límite”. Por géneros, nuevamente las mujeres (16,6 %) superan a los hombres (6,3 %) en posible riesgo de salud mental.

“Los hallazgos encontrados sugieren que las tasas de prevalencia de problemas emocionales y las dificultades de ajuste psicológico en adolescentes españoles son elevadas”, advierte el informe.

Ansiedad y depresión

El estudio realza que los problemas de salud mental en población juvenil “se encuentran entre las primeras causas de discapacidad asociada y de carga de enfermedad” y “suponen un problema a nivel personal, educativo, familiar y socio-sanitario, y no solo para la sociedad presente, sino también futura”.

Además, recuerda que factores estructurales como el desempleo y la pobreza no solo están asociados con un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales, sino que esos mismos grupos sociales también son los que tienen menos acceso a una atención efectiva.

Advierte de que los resultados obtenidos en la atención a personas o jóvenes desfavorecidos suelen ser peores “si las intervenciones no se adaptan a sus vidas y circunstancias” y concluye que “la mejora en la atención de la salud mental está inherentemente asociada con la reducción de las desigualdades y la pobreza”.

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