La Rioja

La despensa riojana, un referente mundial cultivado con pasión

Alcachofa, pimiento, lechuga, borraja, pera, cereza, almendra, miel, aceite de oliva, vino, cordero, ternera, chorizo,… El abanico se extiende desde la huerta hasta los frutales y sembrados, pasando por las granjas, corrales y viñedos y deja a su paso una lista inmensa de manjares que llevarse a la boca, en crudo o pasado por el fuego. La Rioja es la despensa, no solo de sus hogares, si no de los de todo un país y también los que están fuera de estas fronteras.

En una región de poco más de 5.000 kilómetros cuadrados y 319.796 habitantes, la riqueza agraria que existe deja evidencia del potencial productor de una comunidad que vive, principalmente, del cielo. Un región que vive de sus ganaderos y agricultores, agentes dinamizadores del territorio y, sobre todo, protagonistas de lo que da nombre y reconocimiento a una comunidad rural. Almas riojanas que cultivan y crían a sus animales con pasión para garantizar el abastecimiento alimentario para los suyos y el resto.

Es una forma de vida que no todos entienden ni están dispuestos a probar. Una forma de vida solo apta para unos pocos, porque mientras que el producto que generan se consume a diario, cada año el sector primario en La Rioja pierde a alguno de sus protagonistas. Son, por tanto, valientes también que tienen las ideas claras y saben cuál es su sitio en esta región agraria por excelencia.

Están hechos a ello, aunque a veces se encuentren con más obstáculos que alegrías por el camino. “Pero al día siguiente regresas al campo, ves tus cultivos, la cosecha recogida y te vuelves a ilusionar”. Así, se emocionan al ver cómo emanan del suelo sus nuevos brotes al mismo tiempo que afloran las nuevas crías de sus animales. Todo lleva un ciclo en este proceso para que cada producto sea único y constituya un símbolo de calidad y referencia dentro y fuera de la región.

“Hagamos lo que hagamos en La Rioja, todo está bueno”, sentencia Pedro Mari Villaverde. Además de viñedo, gestiona una explotación de perales en Hormilla e insiste en que esta zona es privilegiada para el cultivo de esta fruta: “Es una zona alta, limítrofe y muy fresca que aporta al fruto mayor ‘russeting’, distintivo de validad, y mayor cantidad de azúcares también, que es lo que lo diferencia del resto de fruta de otras zonas. Esta pera tiene una corteza más dura y eso posibilita que la puedas tener en las cámaras durante más tiempo. Si una pera normal se puede sacar entre enero y marzo, la nuestra puede salir de cámaras un año después, justo cuando vamos a empezar una nueva cosecha”.

Villaverde reconoce que no ha sido un cultivo por el que hayan apostado mucho los jóvenes, “que se han centrado más en la viña, pero tiene una aceptación muy buena en el mercado porque la calidad que da es extraodinaria”. La clave está, asegura, en ese contraste entre el día y la noche, que en verano es más evidente con unas noches frescas. La de este año va a ser una cosecha más escasa por los hielos de abril que se llevaron parte de la cosecha por delante, “pero las peras que se han quedado en el árbol son las más grandes y están preciosas”. Así que un año más se cumple los parámetros cualitativos.

Rebaño de Cristina Galilea, en Ajamil de Cameros.

También se nutren del cielo y la tierra las ovejas, cabras y vacas de Cristina Galilea. Unas 700 cabezas de ganado pastan a diario por los montes del Camero Viejo para alimentarse de la calidad de esa tierra que pasa directamente a la carne. “Apostando por una ganadería extensiva conseguimos que los animales necesiten menos alimentos procesados para vivir porque aquí se alimentan, principalmente, de lo que da el campo en cada temporada. Eso sí es sostenible y se debería revalorizar y apoyar mucho más de lo que se hace. Es por esta calidad por la que merece la pena pagar”.

La joven ganadera asentada en Ajamil de Cameros asegura sentirse una privilegiada por el estilo de vida que lleva, pero reconoce que no siempre es posible optar a esto aunque se quiera. Por ello incide en la importancia de valorar el producto local que se produce en nuestra tierra como una de las herramientas clave para que futuros profesionales opten a este modelo de negocio.

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