Las cápsulas de vino vienen acompañando a las botellas de vino desde hace mucho tiempo. Sin embargo, ¿se conoce realmente la historia de estos elementos? Sus orígenes se remontan a 1760, cuando llegaban a Viena toneladas de vino de Burdeos. Con el paso del tiempo, los vinos perdían sus cualidades y comenzaban a avinagrarse, por lo que se comenzaron a embotellar. En la corte se percataron de que había ocasiones en las que el corcho era manipulado para infiltrar sustancias en el vino, así que, para evitar la falsificación o alteración de los vinos, el monarca instauró una ley según la cual todas las botellas de vino debían ser precintadas con lacre.
Las cápsulas como las conocemos hoy en día llegaron en el s.XVIII, cuando en Hungría comenzaron a utilizar cápsulas de plomo. Se usaban en los vinos considerados de mejor calidad y más lujosos con el fin de llevar un control de la producción.
Aunque siempre están en las botellas, pocas veces nos paramos a darle la importancia que tienen. Por ello, es fundamental recordar el papel esencial de la cápsula. A parte de que influye enormemente en el valor percibido de una botella y la diferencia de la competencia en los lineales, tiene varios aspectos a resaltar:
– Higiene: la cápsula es una barrera física que preserva la higiene y la integridad del vino sean cuales sean las condiciones de almacenamiento o transporte. Protege del polvo, los gérmenes y las bacterias, haciendo de la experiencia del consumidor algo puro.
– Garantía de seguridad: la cápsula es una certificación a prueba de manipulaciones. Es una salvaguarda contra las falsificaciones y permite tener la certeza de que el vino que estamos bebiendo es el vino original.
– Cultura: la cápsula es también parte integrante de la cultura del vino y de la ceremonia de apertura. Es la primera impresión que el consumidor tiene del vino y crea expectación ante el momento de la degustación.
La cápsula sigue siendo un elemento central del envase creando un conjunto inseparable junto con la botella y la etiqueta. Bien elegida, ayuda a transmitir la historia y los valores del propio vino y la bodega.
