Las lluvias han llegado a La Rioja, nunca mejor dicho, como agua de mayo. Riego ligero, pero muy útil. Sin embargo, la previsión de cara al verano siguen siendo de una temporada estival poco húmeda, por lo que los camiones cisterna que cada año recorren la comunidad ya calientan motores. Son un total de cuatro vehículos los que componen el parque móvil del Gobierno de La Rioja repartidos en una cabeza tractora y dos cisternas de 25.000 y 17.500 litros cada una, así como un vehículo nodriza de 12.000 litros. En alguna ocasión, incluso, se ha llegado a usar otra otra cisterna de la Dirección General de Medio Ambiente con capacidad para 9.000 litros.
El año pasado se llegaron a vaciar hasta 851.000 litros repartidos en 42 servicios que llegaron a trece localidades riojanas desde las redes de abastecimiento de Logroño y Haro. Una cantidad de agua “razonable para La Rioja, ya que supone lo que puede consumir un municipio de 300 habitante durante un mes”, tal como señala el director general de Calidad Ambiental y Recursos Hídricos, Rubén Esteban.
Este servicio autonómico lleva muchos años recorriendo a demanda las poblaciones donde el agua de boca es un bien escaso, especialmente durante los meses de verano cuando la población crece y las captaciones están en sus niveles más bajos. Un servicio que abunda especialmente en las aldeas o pedanías dado su pequeño tamaño y escasez de infraestructuras modernas, ya que las conducciones suelen ser de fibrocemento que tienden a partir con el paso del tiempo. En la mayoría de casos, estas poblaciones tienen sus propios medios de captación, como puede ser coger agua del monte o de un pequeño manantial, que hacen llegar hasta sus depósitos a través de una tubería. Pero en el momento en el que falla una pieza del proceso, esos entornos se quedan desabastecidos.
Durante 2022 fue la aldea de Zenzano la que más visitas recibió (durante los últimos seis meses del año), acumulando 122.500 litros. No obstante, Ventas Blancas se llevó el récord de agua recepcionada con 160.000 litros en un único servicio realizado en julio. “Esto se debió a una rotura de un tubo que obligó a cortar el agua durante varios días, por lo que la cisterna era necesaria, más si cabe cuando este municipio cuenta también con la residencia de mayores”, señala el director general.
“La mayoría de servicios se hacen por problemas coyunturales, como son averías puntuales en sus sistemas de abastecimiento o la escasez de sus captaciones para la población que atienden, y muy pocos por motivos estructurales. La realidad es que la dependencia de la cisterna está directamente relacionada con la carencia del recurso, pero también tiene que ver con la gestión de la misma y cómo se plantean sus abastecimientos”, reconoce Esteban.
El tanque nodriza de Medio Ambiente en uno servicios de abastecimiento.
Es por ello que desde el Servicio de Obras Hidráulicas se van efectuando actuaciones que reducen o eliminan dichos problemas, como las desarrolladas en la localidad riojalteña de Treviana. “Este es un caso de problema estructural porque ya viene de años atrás ante la falta de una infraestructura adecuada. Así, se ha construido una tubería desde el sistema supramunicipal del Oja hasta Treviana y San Millán de Yécora. De igual forma, en Zenzano hemos arreglado la impulsión de agua de los pozos al depósito sustituyendo el antiguo motor de gasolina por una impulsión eléctrica alimentada por energía fotovolaica”, explica.
En lo que va de año, hasta el mes de abril, se han realizo 16 servicios a Zenzano y a Hervías con un volumen total de 271.500 litros, 172.000 de los cuales depositados en Hervías debido a “una avería muy seria que se solventó desde el servicio de Obras Hidráulicas con prestanza y celeridad porque al final se está hablando del agua de boca”.
Las previsiones para este verano no se alejan mucho de las actuaciones del año anterior, a pesar del horizonte de sequía que se vislumbra. “Es cierto que la falta de agua en general no ayuda, sobre todo, a los pequeños pueblos que tienen soluciones localizadas y están en la montaña, así que esperamos la misma demanda de cisternas por parte de estas aldeas, especialmente cuando comiencen a llegar sus veraneantes. Pero estamos totalmente preparados para atender a todos los servicios, como todos los años, porque nadie se puede quedar sin agua. Lo que hay que tener claro es que agua cada vez va a ser más escasa, por lo que hay que tomar medidas que permitan optimizarla”, incide Esteban.
Nuevas actuaciones
Unas de las principales actuaciones se centra en la renovación de redes de distribución de agua de los municipios y la incorporación de éstos a algunos de los cinco sistemas supramunicipales de abastecimiento de agua que gestiona actualmente el Consorcio de Aguas y Residuos de la Rioja y que supone un volumen de 8,4 millones de metros cúbicos. “Una forma compartida y profesionalizada de garantizar el abastecimiento de agua en cantidad y calidad”.
Es el caso de San Román de Cameros, unida a la del Alto Leza, o Albelda, adherida a la del Iregua. “También hemos conseguido que 13 municipios se unan a la supramunicipal del río Oja y reformar la del Cidacos para solucionar el problema del agua en 20 municipios de la cuenca, entre ellos Calahorra, Arnedo y Alfaro”.
Además, hasta 108 localidades riojanas se han presentado a la convocatoria de ayudas para mejorar las redes de abastecimiento de 75 municipios con menos de 20.000 habitantes. Una inversión de cerca de 7,4 millones de euros que se suman a los 6,4 millones que también concede la Dirección General de Política Local dentro del Plan de Obras y Servicios.
se han presentado 130 municipios para concurrir a la inversión que cuenta con 7,7 millones de euros para arreglar fugas durante este y el siguiente año, para solventar los problemas porque hay muchos aytos pequeños que no cuentan con la capacidad técnica y económica de acometer estas obras.
