El Rioja

El enoturismo impacta en Rioja con 155 millones de euros en 2022

El sector enoturístico en Rioja avanza con paso firme en la revitalización de la región de la mano de 202 bodegas abiertas al turismo (129 de ellas adheridas a las Rutas del Vino), tal como reflejan los datos recién publicados por el Monitor de Enoturismo de la DOCa Rioja en 2022 en el último año. Una actividad que evoluciona favorablemente para alcanzar los datos prepandemia y que ya este pasado 2022 casi ha alcanzado, según la memoria anual publicada por el Consejo Regulador.

El impacto económico que el enoturismo deja en la región alcanza los 155.528.954 euros, frente a los 103,7 de 2021 y los 173 millones de euros que los enoturistas dejaron en Rioja antes de la pandemia. Unas cifras que evidencian el valor generado para las bodegas de la Denominación, la propia región y el resto del ecosistema turístico

Diseccionando los datos, esto supone un aumento de 51,8 millones de euros en la economía territorial respecto a 2021, mientras que se encuentra un 10,22 por ciento por debajo de los datos de 2019. Hay que tener en cuenta que aquí entran en juego tanto el impacto directo (los ingresos generados por las bodegas en visitas y compra de vino) e indirecto (los generados por otros sectores derivados del enoturismo, como restauración, alojamiento, comercios,…). En este sentido, el impacto directo de la actividad enoturística durante el 2022 fue de 51.842.985 euros, mientras que el indirecto ascendió hasta los 103.685.969 euros.

Rioja mantiene la senda de la recuperación gracias a la afluencia de visitantes que continúa situando a esta tierra como una de acogida y atractiva para conocer. Así, durante 2022 las bodegas de Rioja recibieron un total de 748.345 visitas, lo que supone un incremento del 62,64 por ciento respecto a los datos de 2021. Sin embargo, todavía no se alcanzan las cifras de 2019, cuando se llegó a cifras récord con los 860.000 visitas.

El crecimiento interanual con respecto al 2021 se ha dejado notar en mayor medida en la zona de Rioja Alta, con un 70,62 por ciento más de visitantes que en 2021. Rioja Alavesa también presenta una variación significativa, aunque de manera más ligera (40,15 por ciento), mientras que Rioja Oriental se queda con un crecimiento interanual del 11,38 por ciento a pesar del repunte de turistas que sufrió durante 2021.

Estas cifras, aunque muestren que Rioja sigue a la cola de los niveles de demanda enoturística de 2019, reflejan a su vez cómo la Denominación avanza a un ritmo de recuperación superior al del sector turístico español en general, en el que la demanda internacional en este último año se sitúa un 14 por ciento por debajo de la de 2019.

Este informe de la consultora ‘Dinamiza’, elaborado por quinta vez consecutiva, muestran esa fortaleza de las bodegas de la denominación por adaptarse a las circunstancias al mismo tiempo que vaticinan unas perspectivas de recuperación «muy positivas» para este 2023. Con el verano ya inaugurado oficialmente, todas se ponen manos a la obra para afrontar una nueva temporada turística con los exteriores y la naturaleza como apuesta ganadora. Sin duda, el sentimiento entre bodegas es común en cuanto a la confianza por recuperar las cifras prepandemia.

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