Rubén Antoñanzas (Logroño, 20 de marzo de 1972) irrumpió en el Ayuntamiento de Logroño hace ya ocho años, con la intención de poner patas arriba la política municipal. Tal vez por eso, se estrenó en las entrevistas Sin Palabras haciendo el pino. Y lo cierto es que no le fue mal: ya sabe lo que es agitar la oposición en su primera legislatura y exprimir la aritmética de su única concejalía para convertirla en llave de gobierno en la segunda.
– Muéstrenos su mejor perfil.
– En 2015 hizo el pino en el ‘Sin palabras’, en 2019 intentó un ‘spagat’… ¿Cómo piensa superarlo?
– Veamos esas dotes artísticas: ¿la legislatura en un dibujo?
– ¿Qué vende su coalición para los próximos cuatro años?
– Ring, ring. Suena el teléfono: “Rubén, ¿qué vida? Que soy Pablo Hermoso de Mendoza”.
– Vaya, otra vez el telefonito. Ahora es Conrado Escobar.
– Lo veo solicitado. Ahora le llama Alberto Bretón, que quiere pedirle un contacto para una cosilla…
– Jo, se ha cargado el teléfono. Salgamos de paseo: pasamos por el CCR. Y sigue cerrado.
– Llegamos a la actual estación de autobuses.
– ¿No es en este solar donde va a levantar su sede Bosonit?
– Vaya, pensaba viajar a Madrid, pero el avión no ha podido despegar tampoco hoy.
– Puede ir en tren, dicen que La Rioja está ya en el mapa de la Alta Velocidad.
– Mire, una encuesta. Dice que Vox entra en el Ayuntamiento.
– Le piden un segundo videomarcador para Las Gaunas.