Cultura y Sociedad

Concéntrico se vive en familia: “Este festival multiplica el encanto de Logroño”

Logroño huele a puente, a fiesta, a ganas de conocer y, sobre todo, a arquitectura. En su novena edición, el Festival Internacional de Arquitectura y Diseño, Concéntrico, vuelve a transformar la ciudad en un museo al aire libre donde grandes, y sobre todo pequeños, disfrutan del arte de una manera muy personal.

Seguramente, una de las intervenciones más visitadas durante los días que dura la muestra (hasta el 2 de mayo) sea ‘PUL – Piscina Urbana de Logroño’, ubicada en la Plaza de las Escuelas Trevijano. Un espacio versátil donde las normas no están escritas y lo que se busca es la espontaneidad y, dicho sea de paso, ‘salir vivo’.

“Nos encantaría meternos a jugar, tirarnos bolas y divertirnos” dicen Conchi y Abel. Esta pareja ha llegado hasta la ‘piscina de bolas’ con sus dos hijos de 11 y 8 años. “Es fantástico que los niños puedan disfrutar de un festival como este”. Para esta familia, es tradición cada año visitar las instalaciones que Concéntrico reparte por la ciudad.

“Los niños saben que de vez en cuando ponen ‘esculturas raras’ -así las describen los pequeños- por las calles y plazas de Logroño. No les resulta raro cuando pronunciamos Concéntrico. Ellos ya saben que van a ver cosas diferentes y eso les encanta”. Acompañados por sus perros, esta familia reconoce que, si ya de por sí Logroño tiene mucho atractivo, “este tipo de iniciativas lo multiplican. Es un placer recorrer la ciudad, no solo por el centro, y encontrarte este tipo de sorpresas”.

Irene y Santi también se han dejado caer con su grupo de amigos y sus respectivos hijos por la Plaza de las Escuelas Trevijano. “Es una idea buenísima para la ciudad, porque produce reactivación. Hay mucho movimiento de gente y le da vida a la Logroño”. Este joven matrimonio agradece que el festival, además de suscitar el interés de los adultos, lo hace también con los niños y “siempre es bueno tener planes para hacer en familia”.

Destacan que proyectos como este hacen que los más pequeños aprendan a que hay vida más allá de los parques y se puede jugar e imaginar con cosas nuevas y, en este caso, con las propuestas que ofrece el festival. “Es un lujo que tengamos en Logroño Concéntrico, una cita que atrae a gente muy importante del mundo de la arquitectura, y solo por eso, ya merece la pena”.

Entre bola y bola, niños trepando por las redes y otros saltando, Natalia y Alba vigilan que todo esté en orden. Son voluntarias y desde las 11 de la mañana han visto cómo la improvisada piscina no se ha quedado vacía en ningún momento. “Nuestra función es informativa y ahora mismo, intentar que no haya ningún percance”, bromean mientras esquivan bolas voladoras.

Para Alba es su tercer año como voluntaria. Es arquitecta y destaca que este festival es único en España. “Es una verdadera pasada y participar desde dentro te da otra perspectiva. Conoces a los artistas, aprendes de su trabajo y experiencia y disfrutas mucho más las cosas”. Natalia se estrena como voluntaria este año, pero no va a ser el primero ni el último. “Otras veces lo disfrutaba como usuaria pero así te involucras mucho más porque te preocupas de quién es el artista, de cómo está hecha la intervención, su historia… Cuando lo ves desde fuera observas, te gusta y te vas”.

Isabel está sentada muy cerca de las voluntarias, vigilando de cerca a sus dos hijos de 4 y 6 años. “Es una oportunidad para hacer cosas diferentes en la ciudad y es algo muy interesante para todo tipo de públicos. No hay limitaciones”.

Esta madre reconoce que el arte puede ser útil, práctico y divertido “y eso los niños lo entienden gracias a Concéntrico. Otros años también han utilizado otras instalaciones y es un gusto verles disfrutar sin pensar ni juzgar”.

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