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Cuatro lastres demasiado pesados

La UD Logroñés está atrapada en medio de un círculo vicioso alimentado por sus propios malos resultados. El análisis deportivo realizado el pasado verano, apresurado tras la dimisión de Manu Franco (ex director) y Miguel Isasi (ex gerente), por los nuevos inquilinos de los despachos deportivos del club -Sergio Rodríguez y Dupi- ha saltado por los aires. Buscaron renovar totalmente un equipo que hizo semifinales por el ascenso pero con la intención, a priori, de sentar las bases para un futuro ascenso. Vieron Sergio y Dupi que lo necesario para ascender era volver a esa idea de Carlos Lasheras: lo de poner las bases durante un par de temporadas para hacer un proyecto duradero y exitoso que permitiera el acceso al fútbol profesional.

Cinco futbolistas firmaron, entonces, por más de una temporada de duración. Cinco pilares sobre los que asentar una plantilla ganadora. Y solo Gonzalo Crettaz ha estado a la altura, aunque su ficha se observa dentro del club como inasumible en Segunda Federación. Es la nueva realidad que poco a poco debe ir asumiendo el club riojano. Una nueva situación complicada de digerir porque sencillamente en ningún plan entraba la posibilidad de descender a Segunda Federación. En el peor de los escenarios se daba por hecho permanecer en Primera Federación, desde donde montar un proyecto ganador con una nueva ciudad deportiva en la que ganarse un futuro prometedor.

FOTO: Eduardo del Campo.

En el club manejaban unas cuántas situaciones en caso de verse en medio de la tormenta de los malos resultados. Una pésima temporada, aseguraban, era, este pasado verano, no meterse en los playoffs, y si había filiales de por medio, un desastre económico era no clasificarse para la Copa del Rey de cara a la siguiente temporada. Hubiera sido un absoluto horror de campeonato deambular por la zona media de la tabla. En el club ni tan siquiera sabían qué adjetivo ponerle a la posibilidad de haberse salvado en la última jornada. “No entraba en ningún plan”, explican. Aunque ahora pondrían velas a la Virgen de Valvanera por llegar vivos al último encuentro del curso.

A siete puntos de la permanencia cuando restan 18 por jugarse, las opciones de salvación son remotas, y así juega el equipo, que puso más intensidad en cualquier partido de la pretemporada pasada que ante el Cornellá y el Real Unión, a pesar de lo mucho que se supone todavía hay en juego. Pero esta plantilla parece dispuesta a dimitir una vez más. Y no sentir vergüenza por ello. La pereza les puede.

FOTO: UD Logroñés.

El desastre es histórico y el descenso, de producirse, a Segunda Federación va traer consecuencias duras para el club blanquirrojo. La primera de ellas ya se observa como un problema importante de cara al inicio de un nuevo proyecto que saque a la entidad del atolladero en el que se encuentra. Seis futbolistas de la UD Logroñés tendrán contrato en vigor más allá del 30 de junio. Cinco de estas firmas se produjeron en verano, la sexta llegó en el fracasado mercado de invierno de Dupi. Y en ninguno de estos casos se firmó la típica cláusula del por si acaso, la de disolución de contratos vigentes en caso de descenso.  Habrá que negociar con todos ellos: con Gonzalo Crettaz, con Markel Lozano, con Zourdine Thior, con Carlos Doncel, con Ricardo Schutte y con Jorge Martínez-Losa.

El delantero de Arnedo firmó por temporada y media. El club arriesgó con su contratación. Jorge cuadraba por muchos motivos: su calidad, su implicación desde el primer día, su edad, su posible crecimiento, la evolución desde niño, su buena formación, sus goles, su altura, su DNI… sin pasar por alto sus lesiones. La mala suerte quebró una operación arriesgada pero aún así tuvo tiempo para dejar muestras de su calidad ante el Barcelona B en Las Gaunas en su último encuentro con la blanquirroja. Jorge estaba motivado, implicado, con ganas de liderar el nuevo proyecto. Quizás alguno le hubiera seguido. Marcó aquel gol en un equipo sin gol, el último de muchas semanas sin celebrar un tanto con Natxo González al frente. Jorge Martínez-Losa tiene contrato para la temporada que viene, al igual que otros cinco futbolistas más.

FOTO: UD Logroñés.

Cuatro -salvo Crettaz- de los cinco pilares que firmaron por dos temporadas el pasado verano han creado el problema y no parece que vayan a ser la solución para el futuro. El cuarteto elegido por Sergio Rodríguez y Dupi para asentar el futuro han fracasado con absoluta rotundidad. Markel Lozano no ha sido el líder necesario en el centro del campo ni fuera del terreno de juego a pesar de llevar el brazalete cuando Iñaki no juega. Sierra no fue nombrado capitán pese a sus muchas temporadas en el club. Nada sucede por casualidad.

Y en un equipo al que decían se le iban a caer los goles durante el pasado verano, es ahora un absoluto desastre ofensivo y por eso se va a ir a Segunda Federación. Porque tres futbolistas esenciales, que firmaron por dos cursos, las estrellas del equipo, junto a Juan Carlos Menudo y Vinicius Tanque, han dado un rendimiento lamentable. Doncel, dos temporadas. Zourdine Thior, dos temporadas. Schutte, otras dos temporadas. Tiene contrato para jugar en Segunda Federación a no ser, como esperan en el club, pidan salir por donde vinieron, de lo contrario se producirá una situación complicada en lo deportivo y en lo económico de cara a la planificación del nuevo curso más allá del 30 de junio. En el club palidecen con la sola posibilidad de ver en julio a estos futbolistas empezar la pretemporada con un equipo de Segunda Federación.

Pero el club firmó con el diablo y ahora éste le reclama su alma. Un descenso lo tritura todo salvo los contratos existentes. “Son futbolistas que tenían salarios muy altos, inasumibles para muchos clubes de Primera Federación, por eso lo habitual es que sus representantes negocien dos temporadas. El club asume una inversión de futuro y el futbolista se asegura dos años de sueldo”, apunta un ex representante de futbolistas. A no ser que se descienda. “Si sale bien, genial para ambas parte. Si sale mal siempre gana el jugador”.

Ninguna de las apuestas realizadas este pasado verano por el equipo técnico de la UD Logroñés ha salido bien. Y se han encontrado con un proyecto de largo recorrido que ha saltado por los aires, un proyecto que pretendía ser dorado asentado sobre los de pies de barro de Markel Lozano, Doncel, Schutte y Thior. Y tal y como implantó Carlos Lasheras en la primera época dorada de este club, sin la base adecuada, el fracaso está más que asegurado.

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