La Rioja

La Rioja reacondiciona el paseo del Achichuelo y lo hace más accesible

El sendero adaptado ‘Achichuelo – La Blanca’ en la zona del valle del Parque Natural de la Sierra de Cebollera ha sido objeto de una completa renovación del espacio para su utilización como recorrido sin barreras apto para todo tipo de públicos. El director general de Biodiversidad, José Luis Rubio, ha visitado este miércoles junto al personal técnico de la Consejería este espacio en el que se programan visitas con los diferentes colectivos que lo demandan y se oferta también entre las propuestas gratuitas que ofrece el portal de actividades en la naturaleza pasea.larioja.org

El sendero del Achichuelo, se diseñó en 2010 para mostrar distintos recursos naturales y facilitar la labor de los educadores ambientales con el programa ‘Naturaleza sin Barreras’ programa de educación ambiental, ocio y sensibilización para personas con capacidades diferentes. Ahora se ha reconstruido prácticamente sin variaciones en el trazado pero llevando a cabo una limpieza y nivelación de todo el paseo para que quede a ras del suelo.

También se ha rehecho el firme que circunvala las mesas adaptadas en una anchura que permita un espacio libre de 150 centímetros como mínimo para permitir el giro completo de una silla de ruedas. Las obras las ha realizado la empresa José María San Miguel y ha supuesto una inversión de 75.294 euros.

Inicialmente se construyó dentro del Parque, en el paraje denominado ‘El Achichuelo’, un sendero accesible a todo tipo de personas. Especialmente diseñado para poder ser disfrutado por personas con alguna discapacidad física, visitantes con dificultad de movilidad como pueden ser ancianos, padres con cochecitos de bebé, embarazadas, etc… En definitiva, un sendero para todos.

Para ello se construyó, junto al río Iregua en una pradera prácticamente llana, un sendero de aproximadamente 650 m de longitud que recorre todo el área recreativa. Próximo al sendero y accesible desde él mismo, se dispusieron dos zonas con mesas y bancos adaptados así como señalización interpretativa en braille y alto relieve. Además para poder acceder fácilmente con silla de ruedas se adaptaron dos zonas de aparcamiento, una a cada extremo del sendero.

Desde el año 2011, año en que se construyó este sendero, la zona se ha inundado en múltiples ocasiones causando daños de diversa índole. Para evitar estos daños y a la vista de lo acontecido, se construyó una escollera cuya función era limitar la velocidad del agua así como reducir la cantidad de agua que inundaba la pradera. La actuación tuvo efecto y evitó daños en crecidas moderadas, pero a finales de 2019 las crecidas fueron especialmente fuertes y provocaron graves daños al sendero, llegando incluso a levantarlo y destruirlo por completo en la zona por donde se desbordó el río.

A pesar de haber realizado después pequeñas actuaciones de adecuación del sendero, su estado no permitía un paseo confortable ni estaba acondicionado para el pleno disfrute por personas con algún tipo de discapacidad. Por este motivo y puesto que el principal objetivo de la construcción del sendero era acercar y facilitar el disfrute de la naturaleza por este colectivo, se decidido reconstruirlo y aplicar técnicas que soportan mejor las fuertes avenidas.

Subir