La Rioja

La Diócesis trabaja en “ámbitos seguros” en la Iglesia riojana

A pesar de que en diferentes investigaciones ya han salido más casos, la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño ha remitido a la Fiscalía de La Rioja los datos de los que dispone sobre tres presuntos abusos a dos menores y a un mayor de edad, uno de ellos cometido por un religioso, ya fallecido, al igual que un sacerdote al que acusan dos víctimas. No existen denuncias civiles en La Rioja, tampoco canónicas.

José Antonio Barrios es rector del Seminario de Logroño y además coordina la Oficina de Protección al Menor de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. Explica cómo ésta ha completado la solicitud de atención a tres personas que han puesto de manifiesto su testimonio de “presunto abuso sexual, siendo en la actualidad mayores de edad y de hechos del pasado”. Detalla que “las víctimas se comunicaron con nosotros entre los años 2021 y 2022, sin embargo, los hechos ocurrieron entre los años 1970 al 1994”.

Aunque ninguno de ellos ha querido tramitar denuncia tanto civil como canónica, asegura que la vocación de la Diócesis “es escuchar a las víctimas, por lo que siempre estamos atentos a todas las necesidades que precisen”. Para ello tienen un espacio, un teléfono (941.27.47.97) y un correo electrónico: [email protected]

En los tres casos lo han hecho a través de llamadas telefónicas y concretando un encuentro personal. “Es importante decir que no solamente esperamos llamadas o correos, sino que nuestra intención es trabajar para que haya ámbitos seguros dentro de la Diócesis, que todas las personas que trabajen con menores o personas vulnerables tengan estrategias, protocolos de actuación para que trabajemos todos de forma segura. Nuestra intención es dar formación a todos los miembros de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño que estamos trabajando con menores o personas vulnerables”, explica.

Así, desde el momento en que se conoce la noticia en la que la persona quiere manifestar su testimonio a través de esta Oficina, “nos ponemos al servicio con plena atención a la persona afectada”. Después de la escucha y atención a la persona, “se le ofrecerán los servicios psicológicos y espirituales si así lo requiere, por parte de la Diócesis”. De la misma manera, “se le recordará el derecho que tiene a recurrir, si así lo desea, a la justicia tanto civil como canónica, iniciando la investigación previa que se sigue en estos casos con las medidas cautelares que se requieran”.

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