El Rioja

Las bodegas riojanas, entre el caos y la resignación en ProWein por la huelga de transporte

Entre visitas comerciales, catas y continuas paradas en los diferentes stands, a los representantes del vino de Rioja que estos días descansan en Düsseldorf se les están complicando un poco más las jornadas de feria. La XXVIII edición de ProWein ha irrumpido con fuerza al ser el primer encuentro internacional que se celebra exento de restricciones tras la pandemia, pero los asistentes se han topado de frente con una huelga de transporte público convocada para este lunes y martes. Y el caos se ha desatado.

Ni metro ni tranvía y solo unas pocas rutas de autobús habilitadas en la ciudad de Düsseldorf, en el distrito de Mettmann, en Meerbusch y en las conexiones a Duisburg, Krefeld, Neuss y Ratingen.

Con motivo de la feria, los autobuses lanzadera están funcionando entre la estación de tren principal y el centro de exposiciones únicamente de 7:30 a 8:30 horas de la mañana, pero “el atasco que hay en la ciudad por no haber transporte público es una locura”.

Así los describe el gerente de una bodega de Rioja Baja, que el sábado pasado puso rumbo a Alemania con máximas expectativas. “Esta mañana hemos pedido un Uber para llegar al recinto de la feria, pero ha sido imposible conseguir un servicio. Al final hemos tenido que pagar por 45 minutos de taxi en un trayecto que el día anterior hicimos en 15 minutos”, relata.

Misma alternativa por la que ha apostado el Grupo Barón de Ley que, “viendo lo visto, se reservaron taxis con antelación y la mayoría de nuestros clientes han podido llegar bien y a tiempo, aunque sí ha habido jaleo por lo que se escucha”.

Otro de los asistentes a ProWein llegados desde La Rioja ha logrado coger un Uber, “pero saliendo a las 7:20 de la mañana del apartamento no hemos llegado a la feria hasta las 9:00 horas que es la hora de apertura de puertas, y aún ha habido gente que no ha llegado hasta las 11”. El miedo, sin embargo, se esperaba para el cierre de la jornada y para el que se ha vivido “un caos absoluto”, por lo que algunos ya han decidido emprender el camino de vuelta a pie: “Creo que es la mejor opción aunque tenemos una hora y media de camino hasta llegar a la estación. Ya allí podremos coger un tren de cercanías, que sí funcionan, hasta el apartamento”.

Pablo, de JF Arriezu Vineyards, ha sido más práctico y lleva desplazándose todos los días con un patinete eléctrico de alquiler por las calles de Düsseldorf. “Así me quito de problemas y esperas”, remarca, reconociendo que “la ciudad está saturada”. La salida del recinto se ha realizado por fases, “pero para quienes nos hemos retrasado más ha estado aún más complicado con un montón de filas para acceder a las lanzaderas, así que ha tocado caminar un poco y luego coger un taxi”, describe otra asistente.

Unos imprevistos en la organización de este gran evento que está dejando descontentos a muchos de los participantes en la feria. “Al final pagas bastante dinero por el alojamiento y el stand y luego te encuentras con este cacao”. Y a la espera de afrontar el tercer y último día de feria, se despide con una mezcla de “agotamiento” y humor, porque asegura que “esto es como una vendimia más”.

Subir