CARTA AL DIRECTOR

‘La Interprofesional de Rioja es clave para superar dificultades’

Este año se cumplen 20 de la creación de la Organización Interprofesional del Vino de Rioja (OIPVR), una organización que permitió dar cabida a todas las asociaciones y que cada una votara por el peso real que representa: los viticultores, por el número de hectáreas y, las bodegas, por el valor de la comercialización. También fue esencial elevar al 75 por ciento el ‘quorum’ para la toma de decisiones, frente al 50 por ciento anterior, otorgando mayor protagonismo a las organizaciones minoritarias y gran robustez a los acuerdos adoptados.

Aprovechando este aniversario, y con el fin de buscar soluciones al actual desequilibrio, es necesario repasar la evolución de los últimos años en Rioja.

La OIPVR se encontró en 2003 con 62.147 hectáreas de viñedo plantadas y, en éstos últimos 20 años, ha crecido en 4.650 (+7 por ciento), hasta las 66.800 actuales. Estas incluyen las 2.000 hectáreas de variedades blancas promovidas para atender a este creciente segmento de mercado. El dato contrasta con las 25.314 hectáreas (+69 por ciento) que Rioja había crecido en los 20 años anteriores, lo que muestra que la Interprofesional ha aplicado una política infinitamente más austera en crecimiento de masa vegetal.

Entre 2014 y 2017, Rioja alcanzó ventas por encima de los 280 millones de litros y con tasa creciente, por lo que la Denominación estaba perfectamente compensada. En 2017 se aprobaron medidas que reforzaban el protagonismo de los vinos basados en el terruño, con la figura de Viñedo Singular, los Vinos de Municipio y de Zona y la introducción de vino espumoso, que es otra categoría cuya demanda crece en el mercado mundial.

Por otro lado, el rendimiento medio en los últimos cinco años está entre los más bajos de toda la serie histórica. Si Rioja hubiese mantenido el nivel de ventas de 2014 a 2017, estaría por debajo de la ratio de equilibrio.

Entonces, a quienes achacan la situación actual a malas decisiones, cabría preguntarles qué hemos hecho mal respecto a lo que se hacía entre 2014 y 2017, cuando todo iba viento en popa.

La realidad es que en 2017 sufrimos una grave helada que disparó los precios por encima de 1,30 euros el kilo, lo que provocó una fuerte caída de ventas en 2018 que se alargó hasta el año 2019 por el Brexit y los aranceles de EE.UU. Rioja volvía a crecer con fuerza al inicio de 2020, pero estalló la pandemia con la práctica paralización de la actividad y el cierre de la hostelería, que mantuvo grandes restricciones en 2021. El año 2022 arrancó con datos y perspectivas muy positivas, pero la guerra en Ucrania disparó el aumento de costes iniciado en 2021. Una inflación desbocada y el incremento de los tipos de interés han reducido la renta de las familias, lo que afecta negativamente al vino porque no es un producto de primera necesidad.

Por tanto, el desequilibrio actual se debe mucho más a las graves circunstancias externas que han dañado intensamente las ventas que a decisiones erróneas de la Denominación. Aun así, Rioja sigue siendo la Denominación de Origen líder. Vende más que la suma de las cuatro denominaciones siguientes de vino tranquilo de España y dispone de una organización profesionalizada y madura, consciente de los problemas y capaz de encontrar soluciones para salir de la crisis, como siempre ha hecho.

Grupo Rioja ha propuesto un plan global plurianual que no sólo busca paliar el problema sino solventarlo. Plantea una minoración de las entradas de las próximas cosechas y una reducción de las existencias actuales, pero no sólo con medidas horizontales que afecten a todos por igual, sino con una mayor exigencia cualitativa, penalizando especialmente a quienes peor hacen las cosas.

El plan busca el equilibrio de todo el sector, por lo que está abierto a estudiar propuestas para lograr el mayor consenso, igual que espera voluntad del resto de organizaciones para negociar sin enrocarse en posiciones extremas que pongan en riesgo un acuerdo para encontrar soluciones.

Rioja necesita puntualmente el apoyo de las Administraciones para solventar la situación y reforzar un sector que siempre ha sido locomotora en la economía de la zona y un auténtico sostén de población en el medio rural.

Sin embargo, las medidas coyunturales no deben ser suficientes porque no somos autocomplacientes y, aunque el modelo ha aportado grandes beneficios, debe evolucionar para seguir generando valor. Rioja debe recuperar brillo y dinamismo en el mercado, porque cada vez existe mayor competencia. Debe actualizar las menciones tradicionales y potenciar los vinos más ligados al origen, demostrando que, igual que es reconocida por sus grandes marcas, sus vinos de ensamblaje y crianza, también lo puede ser por sus vinos de terruño.

Esta Denominación se distingue por que la mayoría del viñedo está en manos de los viticultores, lo que distribuye la riqueza entre todo el sector. Es nuestro deber preservar y mejorar el modelo, por lo que apelamos a trabajar en este ambicioso objetivo dentro de la Interprofesional.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

Subir