La Consejería de Educación de La Rioja ha publicado un protocolo para la prevención, detección e intervención de la conducta suicida en los centros educativos sostenidos con fondos públicos, cuyo fin es proporcionar una ayuda práctica en esta materia y dar seguridad a los profesionales de la comunidad educativa.
El Boletín Oficial de La Rioja publica este miércoles la resolución de la Consejería de Educación por la que se aprueba este protocolo, que entrará en vigor este jueves, 9 de marzo.
La Consejería de Educación, según detalla el documento, considera necesario establecer unas pautas de actuación que aporten seguridad a los profesionales de la comunidad educativa y que contribuyan a establecer cauces de coordinación con los de otras administraciones.
El protocolo establece cuatro bloques y en el primero se aconseja informarse sobre la situación actual y el marco normativo; aclara conceptos y mitos asociados a la conducta suicida y aporta los modelos explicativos de la conducta suicida.
El segundo incluye los factores de protección y acciones encaminadas a la promoción del bienestar emocional; los factores de riesgo y las señales de alarma; la estructura el abordaje en caso de sospecha o riesgo inminente de conducta suicida y las pautas de actuación después de un intento de suicidio y de una muerte por suicidio.
Los anexos como materiales de guía para la actuación y la del centro y los recursos que existen en el entorno del centro educativo forman parte del tercer bloque; mientras que el cuarto detalla los documentos que hay que cumplimentar en caso de activar el protocolo.
También se recuerda que en La Rioja se realizan estudios sistemáticos desde 2016, que evidencian que “la conducta suicida es un problema muy presente entre el alumnado”.
Los últimos datos aportados en el estudio llevado a cabo en 2022, con una muestra representativa de 2.235 adolescentes, reflejan que entre el 2,6 y el 3,9 por ciento de los participantes se podrían ubicar en un nivel de gravedad alto de ideación suicida; y el 3,2 por ciento había realizado algún intento de suicidio.
Información veraz
“El suicidio es prevenible”, indica el protocolo, que considera que “el primer objetivo en la prevención del suicidio es poder hablar, pero no de cualquier manera, hay que hacerlo con responsabilidad, apoyándonos en información veraz, científica, que ayude a disminuir el tabú, el estigma y el oscurantismo asociados históricamente al suicidio”.
Para ello, son necesarias la información, la formación, la sensibilización y la concienciación de los diferentes miembros de la sociedad en general y, en el contexto educativo, de todos los agentes implicados, como el profesorado, el alumnado, el personal de administración y servicios y las familias o tutores legales.
El tiempo que pasa el alumnado en las aulas y la función de socialización que ejercen los centros educativos hace que sean estos uno de los principales contextos no solo para el aprendizaje, sino también para la promoción de un desarrollo óptimo, precisa.
Añade que “contar con recursos de prevención e intervención, coordinados por profesionales de la Psicología, así como de protocolos de actuación en los centros educativos, es prioritario y la única estrategia posible para abordar este problema social”.
El documento resalta la importancia de hacer que “los centros educativos sean lugares seguros, libres de acoso y de violencia”, en los que “las diferencias sean aceptadas, se establezcan lazos entre los distintos miembros de la comunidad educativa que promuevan en todos ellos el sentido de pertenencia como factor protector primordial”.
Impulsar acciones encaminadas hacia la promoción del bienestar emocional en las que se implique a toda la comunidad educativa se evidencia como algo necesario y relevante en este contexto, señala el texto.
Entre estas acciones destacan las encaminadas a la promoción del bienestar emocional, como la gestión emocional, la mejora de la autoestima y de la comunicación; y las estrategias de afrontamiento, como la resolución de conflictos, las habilidades de resolución de problemas y la búsqueda de ayuda.
La prevención de la violencia y el acoso escolar; el desarrollo del sentido de pertenencia y la creación de estructuras de apoyo entre iguales son otras de esas acciones.
A ellas se suman otras de formación del profesorado, del personal del centro y de las familias; las que garanticen la inclusión de todo el alumnado, con especial hincapié en los grupos vulnerables; y las tendentes a la coordinación con otras administraciones y servicios externos.
