Como cada noviembre, Color a la vida, la asociación que agrupa y acompaña a personas afectadas por el suicidio de un ser querido en La Rioja, conmemora el Día Internacional del Superviviente. Par ello, este viernes 17 de febrero tendrá lugar un acto a partir de las 19:30 horas en el centro de Ibercaja (C/Portales, 48).
Una cita que acoge, no sólo afectados, sino también interesados que han perdido a un ser querido por esta causa para darles así su merecida visibilidad. El evento tendrá diferentes matices, desde el mero objetivo de informar a la sociedad de la envergadura del problema del suicidio, qué pasa con los supervivientes después de esta pérdida, hasta envolvernos con emotivas intervenciones e interpretaciones de carácter artístico.
De forma simultánea y para facilitar la conciliación y asistencia al evento, en una sala del mismo centro de Ibercaja, se ofrecerá servicio de cuidado de niños y niñas durante la duración del acto. Color a la Vida anima a esas personas que están sufriendo en soledad por este tipo de pérdida que se pongan en contacto con la asociación mediante el email de contacto [email protected], o a través del teléfono 605 173 430. Podrán contar con la comprensión de otras personas que han pasado por una situación similar y poder terminar poniendo color a sus vidas después de tanta oscuridad.
“Cifras escalofriantes”
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es un problema de salud pública grave a nivel mundial. Cada año se suicidan 800.000 personas en el mundo (unas 4.000 en España), se estima que ocurre un suicidio cada 20 segundos y un intento cada 1-2 segundos.
Pero si las cifras son impactantes, también lo es saber que el suicidio es un “problema cien por cien prevenible”, según la OMS, si se realizan intervenciones oportunas. La Rioja registró 24 muertes por suicidio en el último año del que tenemos datos (2021). Se trata de la primera causa de muerte externa, con 2.015 fallecimientos en el primer semestre de 2022, un 5,1 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior (INE, diciembre 2022).
El tema es de máxima preocupación y, como apuntan los expertos y expertas, se ha agravado a raíz de la pandemia. Color a la vida apunta además de a la falta de recursos para abordar la prevención, la falta de atención terapeútica necesaria para el superviviente: “Cada persona que se suicida deja una media de seis supervivientes directos, muchos de ellos y ellas necesitan atención y terapia que no reciben, y un simple proceso de duelo puede acabar desembocando en patología”, afirma Romina Pérez San Pedro, una de las fundadoras de Color a la Vida.
“Las supervivientes necesitamos hablar de los que se fueron, necesitamos nombrar la palabra suicidio, necesitamos aceptar lo que pasó y encajarlo en nuestra cabeza, necesitamos sentirnos entendidas y atendidas por profesionales expertos en este tipo de duelo”. Por ello y entre otras razones, en 2018 crearon la Asociación Color a la vida, para dar respuesta al desamparo que se encuentra el/la superviviente de esta vivencia.
La atención al superviviente se hace a través de encuentros personales e individuales, también de grupos abiertos de apoyo y de grupos cerrados de terapia. En estos últimos, se trata en profundidad el duelo por suicidio dirigido por una profesional experta en duelo traumático. Otros objetivos de la asociación son colaborar con los sistemas de prevención y contribuir a la transformación social para acabar con el tabú que todavía envuelve al suicidio. Homenaje en Logroño
