La Rioja

María Sáenz, calagurritana de honor: “Tenemos mentes brillantes en ciencia”

Como cada año, la Peña Calagurritana rinde un homenaje a un calagurritano que vive fuera de la ciudad. El objetivo ha sido siempre dar visibilidad a aquellas personas que por una cosa u otra se convierten en embajadores perfectos de las costumbres y tradiciones calagurritanas.

El actor Nacho Guerreros, la científica Olga Martín o el periodista Javier Sáenz Munilla han sido algunas de las personas que durante casi cuarenta años han pasado por la comida de hermandad que celebra la peña cada fiestas de marzo.

Este año, el galardón ha recaído en María Jesús Sáenz Gil de Gómez. La doctora en Ingeniería desarrolla su actividad profesional en el MIT (Massachusstes Institute of Technology) de Boston como docente y directora del laboratorio de investigación en Transformación Digital de la cadena de suministro.

Con más de 25 años de experiencia ha investigado para la Unión Europea y empresas como Coca-Cola, Dell o DHL. La avalan quince premios internacionales y más de cien publicaciones difunden su labor de investigación como Harvard Business Review, Forbes o Financial Times. Pero esta vez el galardón viene de casa y por eso quizás es aún más importante.

“La verdad es que me da un poco de apuro porque Calahorra es mi zona de confort, donde simplemente soy María”, comenta al otro lado del teléfono desde su laboratorio en Boston.

Hija de una arnedana y un segoviano nació en Policlínica, donde tantos otros calagurritanos de su generación. Después de pasar por el Instituto, estudió ingeniería en Zaragoza donde se dedicó a la docencia y a la investigación y realizó su doctorado. En 2018 le propusieron la posibilidad de hacer las maletas y emprender una nueva vida en Estados Unidos.

“No es fácil montar cuatro vidas de cero, cuesta soltar lastre de amigos, familia, costumbres, así que cada vez que vamos no sabes el subidón de energía que nos da a todos”, cuenta.

Apasionada por su trabajo (“me inspira cada día abordar la investigación”) reconoce que la ciencia en Estados Unidos poco tiene que ver con la que se hace en España. “Es nuestro país tenemos mentes brillantes en ciencia y muy malas condiciones”. Por eso muchos salen a otros países. “Es que aquí en Estados Unidos no se podría concebir toda esa pérdida de valor humano”.

Pero estos días ella prefiere hablar de lo personal. “Es un honor ser reconocida por tu gente y por tu tierra, lo hablamos con la familia porque en principio sólo venimos en verano y en Navidad, pero nos lo hemos tomado como un momento de disfrute”, cuenta. Y es que todos en la familia están orgullosos de este galardón. Padres, amigos, hijas… “Es un auténtico regalo y quiero disfrutarlo al máximo”.

Viajan siempre que pueden a la ciudad. “Otros se gastan el dinero en otras cosas, nosotros en volver a casa”, cuenta. Y es que para María (como todos la conocen) no hay nada más especial que “una croqueta, un vino y una terraza con amigos, ese es el mejor regalo”.

De la peña que la premia tiene buenos recuerdos. “El que ahora es mi marido era muy activo en la peña y recuerdo que en esas noches de la peña llena hasta la bandera siempre estaba al tanto para que fuese él quien me sirviera en la barra”. Así que, en buena parte, la peña tuvo un papel trascendental en su relación.

Y es que las fiestas son algo que nunca se ha querido perder esta calagurritana a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia. “Es que me emociona todo sólo con persarlo: las charangas, las chuletas en la calle, el olor a brasas, eso aquí es impensable”.

“Esas son las cosas que más se echan de menos cuando estás lejos, el concepto de cuadrilla que aquí no existe, de esos amigos de toda la vida”, añade.

Calagurritana por los cuatro costados (“lo primero que hice al llegar a Estados Unidos fue decorar la casa con fotos de la ciudad y de las fiestas”) pretende disfrutar de su vuelta a Calahorra y de su galardón que le llena de una energía y un orgullo “comparable con pocas cosas”.

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