La Rioja

Así es ‘Veloláser’, el radar ‘invisible’ que vigila las carreteras riojanas

El tamaño sí importa. Al menos, cuando se trata de pasar desapercibido. No es de extrañar, por tanto, que el ‘Veloláser’ se haya ganado el apelativo de ‘radar invisible’ por sus reducidas dimensiones (menos de 50 centímetros), que le permiten camuflarse en prácticamente cualquier rincón de una carretera para retratar a los conductores de acelerador ligero.

La Dirección General de Tráfico (DGT) dispone en estos momentos de sesenta aparatos de este tipo, uno de ellos en manos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en La Rioja. El ‘Veloláser’ es un radar “de quita y pon”, que ni siquiera requiere de la presencia de un coche camuflado para controlar un tramo de carretera determinado. En apenas un par de minutos, se instala sobre un trípode y ya está operativo para gestionar la información que capta su lente.

El dispositivo cuenta con un imán que permite adherirlo al chasis de un vehículo o ubicarlo en la bionda de cualquier carretera. Su reducido tamaño lo hace prácticamente invisible cuando se instala tras objetos de tamaño discreto, como los bolardos de alguna vía. Por si fuera poco, también ‘trabaja’ a bordo de un vehículo, si bien la DGT ha descartado su uso fijado en motocicletas, como se había especulado en un principio.

Su discreción no es el único aspecto revolucionario del aparato, que funciona sin cables y eso permite a Tráfico recibir en tiempo real desde cualquier rincón de la demarcación provincial de carreteras. Además, cuentan con una autonomía de trabajo de entre cinco y ocho horas y registra la velocidad de paso de los vehículos con mayor precisión que los radares convencionales, a distancias de hasta un kilómetro.

Lecturas simultáneas

Desde su ‘invisible’ ubicación, el ‘Veloláser’ está capacitado para medir de forma la simultánea la velocidad hasta en tres carriles y en ambos sentidos de circulación, distinguiendo además entre vehículos pesados y ligeros para, de este modo, discriminar los límites de velocidad ajustables para cada carril y tipo de vehículo. Todo ello, tanto de día como de noche.

Su tecnología no solo ‘caza’ a los conductores con excesiva prisa, sino también a aquellos que no respetan la distancia de seguridad, ya que el radar es capaz de calcular en tiempo real los registros mínimos en función de la velocidad a la que circulan los vehículos.

A niveles de conectividad, la transferencia de datos del aparato se produce a través de redes WiFi, 3G o 4G y permite recibir en tiempo real los resultados en varios dispositivos. A todo eso hay que sumar que el ‘Veloláser’ cuenta con capacidad para leer las matrículas de forma automática.

Por tanto, solo parece existir una fórmula infalible para evitar verse retratado por su lente: respetar en todo momento los límites de velocidad establecidos para cada palmo de carretera en La Rioja.

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