Gastronomía

Innovación y tradición en unos snacks de carne ‘made in’ La Rioja

Carlos, Javier y David, fundadores de Cherky Foods

Carlos, Javier y David. Tres jóvenes de Burgos que aterrizan en Ribafrecha para emprender como socios un negocio de snacks de carne. La curiosidad rebosa, pero sus ventas también. Así nació hace poco más de cinco años la marca de alimentación Cherky Foods, una gama de aperitivos salados con la carne como columna vertebral de la mano del Centro Tecnológico Alimentario Ctic-Cita. El porqué de su asentamiento en La Rioja se debe, precisamente, a la existencia de este centro, que participó en los primeros pasos de creación y consolidación de la marca de esta ‘start up’.

“Además, La Rioja tiene mucha vinculación al sector cárnico y del embutido, por lo que era también una buena zona donde desarrollar la idea. Un compañero del Ctic-Cita nos habló de una antigua fábrica donde elaboraban chorizos en Ribafrecha y cuyo dueño se iba a jubilar. Contando con la maquinaria necesaria nos liamos la manta a la cabeza y, en lugar de buscar un fabricante externo, nos metimos nosotros de lleno en la elaboración, abarcando por tanto todo el proceso de desarrollo del negocio”, apunta Carlos. Algo que no fue del todo sencillo, con una primera fase más de innovación hasta que llegó la venta al público, pero que ya constituye un negocio que les ocupa el cien por cien de su jornada laboral. Carlos en concreto es el chef del grupo, mientras que Javier se encarga del diseño del ‘packaging’ y David aporta el pilar más técnico como ingeniero.

Fueron los viajes más allá de las fronteras españolas lo que les abrió la mente para cubrir un nicho de mercado vacío hasta el momento en su tierra y abordar un proyecto que jamás pensaron que alcanzaría tal nivel. “Ahora sí se empieza a ver un tipo de alimentación más saludable en los lineales de los supermercados, pero cuando surgió la idea prácticamente no había nada. La única opción sana que podías encontrar eran frutos secos y fruta”, recuerda Carlos. Europa, apunta, es te potencial producto comienza a crecer ahora, aunque Estados Unidos, como ya es habitual, lleva la delantera desde hace tiempo.

Más allá de las barritas de carne, su producto estrella más representativo y que desarrollaron de la mano del Ctic-Cita, la oferta se extiende también a los sticks de chorizo y de ternera con ajo negro y setas shiitake; los super bites, unos snacks crujientes horneados con frutos seco; las láminas de ternera curada o bien de ternera cocinadas a baja temperatura. “Un catálogo muy potente que seguramente sea el más extenso que existe en este tipo de emepresas a nivel europeo”. Altos en proteínas, sin aditivos, sin nitritos, sin azúcares ni gluten. Cien por cien naturales. Así se presentan las seis gamas de productos de Cherky, la mayoría de ellas certificadas como ecológicas y el resto en transición, y que próximamente sumarán un nuevo integrante más “con alma muy riojana”.

Con una carne de cerdo procedente de la granja ecológica de Luis Gil, en Las Ruedas de Ocón, y una ternera llegada desde Girona, el equipo se abastece de una materia prima de calidad que cumpla con los indicadores de bienestar animal, con animales bien alimentados y criados en libertad. “En el caso de la ternera no encontramos en La Rioja ninguna explotación que trabajara en ecológico, por lo que tuvimos que salir fuera, pero todos nuestros proveedores son locales a nivel nacional”, explica.

La implicación por elaborar un producto “lo más limpio posible” les acompaña desde el primer momento. “La gente entiende que la proteína es algo saludable, por eso no añadimos ningún tipo de aditivo ni proteína en polvo. Es más, algunos de nuestros alimentos tienen más de un 50 por ciento de proteína”. Ofertan, por tanto, una forma diferente de comer carne y “que nada tiene que ver con una marca de nutrición deportiva”, aclara Carlos.

Comenzaron a presentar sus productos la semana previa a la irrupción de la pandemia, pero contra todo pronóstico, la aceptación del público a comprar comida por internet se vio reforzada. Desde entonces, el crecimiento ha sido continuado, especialmente mayor durante los últimos seis meses, y las previsiones para este 2023 es alcanzar el medio millón de euros de facturación. “Y seguiremos creciendo porque este es un proyecto a largo plazo, así lo hemos visto desde el principio y más adelante diversificaremos con productos más allá de la carne, como el snack vegano que ya lanzamos el año pasado”, insiste.

Entre esos planes de futuro también se encuentran profundizar más en el mercado nacional, ya que cerca del 70 por ciento de la comercialización va para el mercado exterior, aunque en La Rioja también recaen estos bocados: “En Europa vendemos en casi todos los países, con gran demanda en los nórdicos. Es más, donde más nos está costando encontrar distribuidores o clientes es en España, algo que puede deberse también a que salimos con un precio de venta más elevado que otro tipo de snacks”.

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