La Rioja

“Eres feliz aquí, pero a veces te preguntas dónde está tu sitio”

Tenía 29 años cuando llegó a España. Una empresa relacionada con el sector del champiñón fue a buscar trabajadoras a Rumanía. De las dos mil personas que se presentaron tuvo la suerte de ser una de las elegidas. Mariana Constantinescu llegó a Autol con una pequeña maleta y un contrato de unos meses. Ahora, 21 años después, ha creado su familia en La Rioja.

“El proceso de inmigración no es fácil, yo dejé todo para venirme a España sola”, recuerda de su llegada a España. Primero llegó a Autol. “Las cosas no fueron bien en el primer trabajo y un día me vi en la calle con la maleta sin trabajo, sin casa y echa un mar de lágrimas”.

Fue en ese momento cuando descubrió que en el mundo hay ángeles que pasan por tu vida cuando menos te lo esperas. “Un señor me paró para preguntarme qué me pasaba, me sentó en su mesa y me preparó la cena y al otro día me buscó trabajo”.

“Es verdad que estar casada después con un chico de Pradejón me ha facilitado algo las cosas, pero yo ya me di cuenta de que la gente de este pueblo era especial mucho antes”, y reconoce que el apoyo que ha encontrado siempre ha sido fundamental en su vida.

“Siempre he querido tener la ocasión de poderle agradecer al pueblo todo lo que ha hecho por mi, y quizás hoy es el día. Tengo grandes amigos, la mayoría españoles: Rosa, Ignacio… son tantos”.

A pesar de todo, la vida como inmigrante no es sencilla. “Estás bien aquí, tienes a tu familia y a tus amigos, pero hay días que dentro de ti te das cuenta que realmente no eres de ningún sitio. En Rumanía, cuando voy, me llaman ‘la española’, aquí siempre soy rumana y yo me pregunto qué es lo que realmente soy, cuál es realmente mi sitio”, dice.

Tener a sus hijos en España le ha propiciado muchas amistades durante estos años. “Las madres del cole, las familias del CD. Pradejón, es que todo el mundo me ha facilitado muchísimo la integración en Pradejón ser siempre hay algo que te dice que no estás en casa”, asegura.

A pesar de eso el planteamiento nunca ha sido volver a Rumanía. “Mis hijos han nacido aquí y siempre me dicen que harían por mi cualquier cosa menos ir a vivir a Rumanía, es comprensible, ellos están acostumbrados a vivir aquí, aquí están sus amigos, sus costumbres…”.

Además, la experiencia de algunos que se fueron en la época de la crisis no ha sido buena. “Hubo una temporada que mucha gente volvió a Rumanía por la crisis en España  y ahora están volviendo porque no se han adaptado a la vida allí, los cambios a determinadas edades son complicados”, dice mostrando una sonrisa que atestigua que es feliz en Pradejón.

 

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