Sarai Rodríguez salió de Calahorra “muy jovencita” para estudiar Estética en Zaragoza. Le hubiese gustado estudiar Bellas Artes o Psicología, pero reconoce que en su trabajo hace un poco de ambas en cada rodaje en el que se sumerge. Este sábado está nominada al Goya en la categoría de mejor Maquillaje por la película ‘La Piedad’ de Eduardo Casanova. Será la segunda vez que pise la alfombra roja después de ganar el año pasado el Goya por ‘Las leyes de la frontera’ (Daniel Monzón).
Nacida en Grávalos, después de estudiar en Zaragoza se siguió formando en Barcelona para asentarse después en Valencia. Ahora va y viene de rodaje en rodaje en jornadas maratonianas poniendo su conocimiento en manos de los directores para conseguir que los personajes de sus películas muestren su psicología desde el maquillaje.
“Los maquilladores siempre somos un poco los psicólogos del rodaje. Al final, eres la encargada de mostrar el estado de ánimo del personaje, de ayudar al actor a meterse en el papel y al espectador a entender qué está pasando”. Su trabajo empieza desde la lectura del guión. “Ahí ya voy imaginándome cómo esa persona iría maquillada, cómo es su estado de ánimo en ese momento, si va a necesitar ojeras o que el maquillaje demuestre la alegría en la que se encuentra”.
Cada trabajo es un mundo totalmente distinto porque cada director tiene una técnica para trabajar. “Siempre es distinto, que es lo más bonito de este trabajo. Algunos confían plenamente en ti y otros tienen muy claro lo que quieren, pero a mí me gusta siempre aportar, generar ideas nuevas y que confíen en lo que puedo aportar al rodaje”.
Después de ganar el Goya 2022, este año está nominada por ‘La Piedad’, de Eduardo Casanova. “Creo que se está siendo muy injusto con Eduardo. Es una persona que se deja ver tal y como es y se está siendo demasiado crítico con él”. No había trabajado nunca con el joven director, pero después de hacerlo en ‘La Piedad’ lo tiene claro: “Es una persona muy talentosa y muy inteligente. Sabe sacar lo mejor de cada una de las personas del equipo a pesar de lo joven que es”.
Le duele la injusticia con la que se mira al cine español y en concreto hacia esta película. “Es una cinta que ha recibido muchos premios en el extranjero. Llega a España y se habla tan mal de ella que da mucha pena”. Es consciente de todo el esfuerzo que se hace para sacar este tipo de proyectos adelante. “Sé lo que le ha costado emocionalmente y profesionalmente esta película. Cualquier otro no hubiese hecho ese sacrificio”. Además, conoce la vinculación de Eduardo Casanova con La Rioja. “En cuanto se enteró de que era de Calahorra, alucinó. Ama la ciudad porque ha pasado muchos veranos en ella y le encanta”.
El trabajo no ha sido fácil. “Es una de las películas más complejas en las que he trabajado. Se trabaja el tema de la enfermedad y el universo que es capaz de crear Eduardo te permite hacer muchas cosas. Además, hay un trabajo importante de efectos especiales y ha sido muy compleja técnicamente”.
Entre rodaje y rodaje, ya ha tenido tiempo de pensar en la dedicatoria del premio si termina obteniéndolo, pero no tienen ninguna intención de desvelar el secreto hasta el momento de subir al escenario. “Es muy complicado volver a ganarlo. Todos los que estamos nominados nos lo merecemos igual, por lo que tenemos un 20 por ciento de posibilidades”. Aún así, reconoce que ganarlo dos años seguidos sería un sueño. “Participar en el rodaje ya fue un premio en sí mismo. Fue muy duro pero a la vez maravilloso. Cada día me iba a casa encantada con el trabajo realizado”.
No fue la única riojana en el set. “Me hizo mucha ilusión encontrarme con Tamara porque no es habitual encontrarte con nadie de La Rioja por los rodajes. Es muy joven y tiene mucha ilusión, seguro que llega lejos”, asegura. Pero lo suyo no es parar. Ahora mismo está en pleno rodaje de ‘El llanto’. Pronto volverá a casa a ver a sus padres y su adorada abuela (“es uno de mis pilares fundamentales”) justo antes de que vuele hasta India para grabar ‘El Valle de las Sombras’, de Salva Calvo.