Sergio Jiménez Foronda
La exposición “Los pétalos furiosos”, que se exhibe en Logroño dentro del Festival Actual 2023, incluye, entre otras piezas, “una escultura aérea” realizada a partir de telas y plásticos de gran tamaño empapados en pintura que invita al espectador a “dejarse llevar” para poder comprenderla.
Así lo ha explicado a EFE su autora, la artista bilbaína Susana Talayero, cuya muestra se puede visitar en la Galería La Lonja de Logroño como parte de Actual 2023, que se desarrollará del 2 al 7 de enero, y que organiza el Gobierno de La Rioja.
Atalayero (Bilbao, 1961), quien desde los últimos dos años reside en la localidad riojana de Casalarreina, ha precisado que esta exposición, la primera que presenta en esta comunidad autónoma, “consiste en una intervención con pinturas de reciente producción”.
“En realidad, lo que he pretendido hacer, y creo que, en parte, he logrado, es un ensayo y una experimentación en algo que vengo trabajando en los últimos años, que tiene que ver con la pintura en relación al espacio, en cómo insertar la pintura, y en cómo hacer que la pintura, de alguna manera, transite el espacio de forma diversa”, ha explicado.
Así, junto a las telas y plásticos que cuelgan del techo de la exposición y por las que el espectador puede aventurarse a entrar como si configuraran pequeñas habitaciones y pasillos con su propio ambiente, se pueden ver cuadros en los que los colores y las formas de la pintura se mimetizan con el del resto de las obras.
La artista ha indicado que “lo que ha sido interesante aquí en La Lonja ha sido poder experimentar y poder entrenar”, ya que ha usado esta galería como “un lugar de entrenamiento en la cuestión puramente espacial, es decir, importa más lo que pasa en el espacio que la obra en sí”.
“Mi trabajo nunca está en función a una domesticación al espacio, sino, de alguna manera, al revés, que el espacio me sirva como material de trabajo en sí mismo, e, incluso, a veces sucede que el espacio es permeable a tu trabajo, pero otras veces no lo es y lo que hay es una lucha contra el espacio, como en este caso”, ha subrayado.
También ha incidido en que, “cuando uno habla de su propio trabajo, habla de las dinámicas de los procesos del trabajo”, lo que, en su caso, supone explicar que, en los últimos años, ha trabajo con telas, plásticos y papeles reciclados de sus propias obras.
“Lo que trabajo no es la jerarquía de cuál es (el material) más importante o menos, sino que pongo al mismo nivel el material menor con los materiales nobles, y todo se articula, de alguna manera, al mismo nivel”, ha resaltado.
Atalayero ha precisado también que, como artista, le importa más “lo que pasa en el espacio que la obra en sí”, es decir, “la articulación del trabajo en el espacio”, ante la que el visitante tiene que invertir “no solo un tiempo cuantitativo, sino otro tipo de tiempo”.
Ha explicado que esta exposición es “hermana” de la pieza que en la actualidad expone en la muestra colectiva “Ciencia Fricción. Vida entre especies compañeras”, que se puede visitar en el Centro de Sociedad y Cultura Contemporánea de Bilbao.
Más que una pieza, en esta muestra cuenta con “un espacio” que “está muy conectado con lo que está pasando aquí”, en La Lonja, ya que, ha dicho, “son dos espacios y dos lugares totalmente hermanados a nivel de trabajo”.
Entre sus futuros proyectos, ha mencionado que trabaja en la elaboración de otra muestra para su galería, Carreras Múgica, localizada en Bilbao, a lo que se suma “un proyecto de escritura” en el que lleva inmersa “un tiempo” y que cree que se concretará en un libro que no publicará en 2023, sino más adelante.
Este escrito gira “en torno a un pasado en la ciudad en la que he vivido muchos años, Roma, y me interesa recoger una serie de cuestiones y traerlas al ahora, pero no es un libro de memorias, es algo que tiene que ver con la reactivación de la memoria conectada con una ciudad con la que mantengo una relación constante”, ha resaltado.
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