Agricultura

“Desánimo” en el agro ante unos precios de la almendra que continúan a la baja

A las listas de la compra se suman estos días previos a las fechas festivas los imprescindibles mazapanes, turrones y polvorones con los que se ensalza la almendra como producto estrella. La campaña de Navidad debería, por tanto, haber reflejado ese incremento de la demanda de estos dulces en el consecuente incremento del precio de este fruto seco, pero no hay ni una sombra de intenciones que atisbe siquiera esa subida.

Las fluctuaciones en los últimos meses son apenas inexistentes. Unos céntimos arriba, unos céntimos abajo. Pero la tónica general es de descenso. Con la lonja de Reus como referente, las variedades comunes rondan los 3,50 euros frente a los más de cuatro del año pasado, oscilando entre los 4,20 y 4,40 en función de la época. Por otro lado, la almendra ecológica se ha hundido y ha bajado hasta un 40 por ciento su precio. Mientras tanto, las únicas buenas noticias llegan desde las fincas de almendra largueta y marcona, que evolucionan a contracorriente. Esta última variedad ha podido subir hasta un 30 por ciento o más su precio debido al hielo que arrasó los frutales en Levante, donde más se demanda este tipo de almendra para elaborar los turrones.

“Algunas variedades han bajado un 10, un 20 o un 30 por ciento, dejando unos precios ridículos en un año en el que la cosecha ha sido mucho más corta en producción, con una merma de entre el 30 y 40 por ciento en La Rioja, aunque ha variado por zonas porque en algunas las heladas de abril se llevaron todo y en otras respetó más”, remarca Pedro Martínez, presidente de la Sociedad Cooperativa Agrícola Valle del Cidacos en Quel.

Y mientras tanto, unos deciden dar salida cuanto antes a la almendra mientras que otros aguardan por si esos céntimos suben algo más. “Hay de todo, pero quien tiene espacio para secar y almacenar prefiere esperar por si se encarece algo. El problema es que hace 30 años un agricultor recogía unos 3.000 kilos a mano y con mantas, mientras que ahora son 30 o 40.000 y a máquina, así que no todos tienen un lugar donde guardarlas hasta vender”.

El “desánimo” impera así entre los productores de almendra tras varios años registrando unas cifras en precios que evolucionan en negativo. “Pensábamos que este año, con esas cerca de 200.000 toneladas menos en cáscara que se han recogido, aproximadamente, la almendra se encarecería, pero nada. Todo lo contrario, sigue bajando y los compradores de frutos secos apuntan a que se debe a la importación de almendra americana, que está entrando en España a precios muy bajos y en grandes volúmenes porque dicen que tenían también producción del año anterior. Así que, o se cortan esas importaciones, o la situación va a ser la misma”, lamenta este agricultor.

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