La sierra riojana vuelve a clamar soluciones ante los continuos ataques del lobo a los rebaños. El de este lunes de madrugada se ha producido en Nieva de Cameros, donde el depredador se ha llevado por delante la vida de dos ovejas y ha dejado malheridas a una decena más. De estas, dos han recibido mordidas en el cuello, “por lo que, a la espera de que la veterinaria las valore, todo apunta a que habrá que eutanasiarlas porque están muy mal”.
Con tristeza y rabia describe la ganadera Sara de la Osa la situación con la que se han encontrado este martes de par de mañana al volver al monte donde la pasada noche las dejaron. “Estaban todas juntas y esta mañana nos hemos topado con este panorama. Las ovejas que han logrado sobrevivir estaban desperdigadas por el monte a kilómetros de distancia, asustadas y aturdidas. Por no hablar de que la mayoría estaban preñadas, así que habrá que ver qué pasa con los abortos”, apunta.
Unos escenarios que acrecientan la “desesperación y pena que choca con la ilusión de cada día por sacar adelante tu negocio” y que se suman a la “asfixia” que sufre el sector ante la subida de costes, “que hace que nos hundamos un poco más todavía”, refleja esta ganadera con un millar de cabezas de ganado en extensivo.
Sara emprendió hace tres años su proyecto de vida, pero estas situaciones no hacen más que poner piedras cada vez más grandes en su camino: “Somos gente joven y con muchas ganas, pero esto que cada vez ocurre con más frecuencia nos echa mucho para atrás. Los lobos están llegando a sitios que antes no pisaban y estas manadas descontroladas van a acabar ocupando todos los pueblos de la zona”.
Y lanza un mensaje de concienciación para hacer ver que para ella y otros compañeros de profesión una baja no es solo una pérdida económica: “Nosotros cuidamos de nuestros animales al igual que lo hacen aquellos que tienen un perro en su casa. Les tenemos el mismo cariño y atendemos sus necesidades de igual forma y devoción que lo hace la gente con sus mascotas. Lo que sentimos cuando sufrimos uno de estos ataques es verdadera pena porque los animales forman parte de nosotros también y ahora nos toca tener que cuidarlos en casa mientras se recuperan”.
