Referente a una noticia donde se habla del mal uso de las urgencias hospitalarias, especialmente refeririéndose a las pediátricas, me molestó cuando se dijo que se acudía a urgencias por un cambio de mentalidad de la población que queríamos ser atendidos al momento o, porque no nos cuadraba la atención primaria con nuestros horarios de trabajo.
Esta es mi experiencia: el día 3 de octubre, mi hijo, de 27 meses, enfermó y solicité una cita con su pediatra de Alberite. El primer hueco libre que tenía era para el día 17 de octubre, es decir, que debía esperar dos semanas para que le diesen un diagnóstico y, ¿durante esas dos semanas yo debía estar automedicando a mi hijo para bajarle la fiebre?
El diagnóstico fue una gingiviestomatitis que realmente no es una enfermedad peligrosa, pero sí dolorosa. Después de dos días dando apiretal al niño decidí acudir a urgencias porque yo no soy médico y no sé qué le pasa a mi hijo; sólo sé que no quiere comer absolutamente nada, le sangran las encías y lleva dos días con más de 39,5 grados de fiebre.
Así que perdóneme porque se me ocurrió presentarme el día 5 en el hospital de San Pedro a las 3 de la tarde, porque soy una alarmista y como mi hijo no estaba “crítico” debía esperar así otros 12 días.
Si no tenemos Atención Primaria, ¿qué se supone que debemos hacer?
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