No han sido las primeras palabras del Papa Francisco sobre el caso Gaztelueta, pero probablemente sí las más tajantes. Su Santidad no se olvida de los abusos sexuales que sufrió el menor en el colegio de Leioa entre los años 2009 y 2011 y el proceso en el que el diputado riojano y padre de la víctima, Juan Cuatrecasas, lleva inmerso años. En el vuelo de vuelta a Roma tras su viaje a Baréin, el Pontífice habló con los periodistas sobre la “revisión de los antiguos procesos” asegurando que “lo primero que tenemos que sentir es una profunda vergüenza”.
Cabe recordar que el Papa ordenó reabrir la investigación religiosa de este caso el pasado verano debido a que entendió que se habían cometido graves errores en el anterior proceso canónico y después de que la Justicia civil confirmara en hace dos años la culpabilidad del profesor implicado. Por eso es fácil suponer que hablaba de este caso cuando el Pontífice ha recordado a los periodistas que había recibido dos quejas en los últimos meses sobre casos de abusos que habían sido encubiertos y no juzgados bien por la Iglesia. “Inmediatamente pedí un nuevo estudio y ahora se está haciendo un nuevo juicio”, explicaba el Papa Francisco.
“Hacemos lo que podemos, todos somos pecadores. Y lo primero que tenemos que sentir es la vergüenza, la profunda vergüenza de eso”. Esa ha sido la respuesta dada por el Papa Francisco a un informador que le preguntó sobre cómo se puede cambiar la “cultura del secretismo” que todavía impera en la justicia canónica. De esta manera, el Pontífice ha entonado el ‘mea culpa’ como máxima autoridad de la Iglesia católica por las dificultades que aún surgen a la hora de tratar los casos de abusos sexuales cometidos por eclesiásticos.”No todo el mundo tiene valor; a veces está la tentación de transigir, y también todos somos esclavos de nuestros pecados, pero la voluntad de la Iglesia es aclararlo todo”, ha dicho.
El Tribunal Supremo condenó a dos años de prisión al profesor del centro vizcaíno en septiembre de 2020 la familia Cuatrecasas nunca estuvo conforme con la investigación religiosa que se llevó a cabo en 2015 y en la que incluso se pidió restituir el buen nombre del pederasta.
Tras la sentencia del Supremo, fue la víctima de los abusos la que escribió una carta al Papa pidiéndole que se reabriese el caso canónico. El Papa contestó a esa carta del joven el pasado 12 de agosto. «Ya se terminó el estudio de todo el material que había aquí, en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Por lo que parece a primera vista, es necesario abrir el proceso. Se hará una reunión para decidirlo. Luego nombraré el tribunal que llevará adelante el juicio. Te tendré informado», escribió Jorge Mario Bergoglio.
El tribunal religioso que juzgará en España la actuación del Opus Dei y del colegio será el obispo de Teruel, José Antonio Satué. También formarán parte del grupo instructor la rectora de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), Mirian de las Mercedes Cortés Diéguez, y Federico Mantaras, vicario general de Jerez. El notario será José Luis Perucha, rector del seminario de Sigüenza-Guadalajara.
