La Rioja

El lío educativo con el artículo 53: “No era necesario ponerlo en una ley”

El consejero de Educación, Pedro Uruñuela

Muchos no entenderán lo que está pasando estos días en Educación con un artículo de una de las órdenes del nuevo decreto de convivencia. Sindicatos, profesores y consejería se han enzarzado en un continuo lanzamiento de declaraciones que parecen no tener fin.

Prestar atención selectiva a determinados alumnos o alumnas, expulsar de clase con frecuencia, hablar por el móvil en clase, no llamar a los alumnos/as por su nombre, llegar tarde o salir antes de la hora, no llevar la clase preparada… son algunos de los puntos referidos al profesorado que incluye el nuevo decreto de convivencia de La Rioja en una de sus órdenes publicadas ya en el BOR hace unos días.

Un texto, el del artículo 53, que no ha gustado en el sector educativo, en la mayoría de los casos no tanto por lo que dice sino por lo que puede dar a entender. Y es que son muchos los profesores que creen que de esta manera se puede llegar a pensar que la mayoría de los docentes practican esas conductas que el decreto recomienda evitar.

Bajo el título de ‘Conductas que se deben evitar dentro del aula’, el texto dice que se evitarán una serie conductas en la relación interpersonal entre profesores y alumnos. Seguidamente va un decálogo que es el que ha enfadado a los profesores. Prestar atención selectiva a determinados alumnos o alumnas, expulsar de clase con frecuencia, hablar por el móvil en clase, no escuchar, no ser objetivo al gestionar los conflictos, no pedir nunca disculpas, no llamar a los alumnos/as por su nombre, llegar tarde o salir antes de la hora, mantener siempre la misma metodología y disposición del alumnado en el aula, no llevar la clase preparada, magnificar los fracasos del alumnado e invisibilizar el éxito y dar explicaciones confusas y aburrir con sus explicaciones son los diez puntos conflictivos.

David Calvo, secretario de Educación del sindicato STAR, es claro al respecto. “Nos reunimos para ver las órdenes y ya allí les pedimos que se paralizara pero han hecho lo que les ha dado la gana imponiendo algo con lo que el Consejo Escolar, donde también están las familias, rechazó”, asegura Calvo.

Sus argumentos son varios. El primero que el decreto de convivencia siempre se ha visto como algo que había que elaborar en positivo y que justamente en lo que se refiere a los docentes la redacción del articulado se hace en negativo.

“Como el mismo consejero ha explicado son conductas muy poco frecuentes en los docentes, esas y otras que no se incluyen y que podrían ser anecdóticas también pero mucho más graves”, asegura. Además cree que, de esta forma, “se pone a los pies de los caballos al profesorado que, después de dos años duros de pandemia, además tuvo que ver cómo se les retiraba la condición de autoridad en las aulas”.

“El problema es que no era necesario ponerlo en una ley. Simplemente, si se tiene la certeza de que hay docentes que tienen este tipo de conductas, que se apliquen los reglamentos”, comenta, asegurando que además el nuevo decreto de convivencia elimina, o las deja como algo muy excepcional, medidas que hasta ahora se podían aplicar cuando el resto de las acciones por parte del profesorado no funcionaban y que dejan con las manos atadas al profesorado en alguna toma de decisiones.

Además, no duda en hablar de “política de imposición” al recordar que la comunidad educativa no estaba conforme con ese artículo ya antes de salir en el BOR y que así lo transmitieron a la Consejería. “Es un artículo totalmente desacertado y un ataque generalizado al profesorado que nos deja desarmados porque tiene rango de ley y pone en valor actitudes negativas que son totalmente excepcionales”.

Mientras, el consejero Pedro Uruñuela, ha defendido esta semana el polémico artículo 53 de la Orden de Convivencia aunque también hablaba de que está redactada para esos “casos concretos”. No son “actitudes generales”, detalla, asegurando que no cree, como lo hacen los docentes, que el artículo cuestione su comportamiento en las aulas cuando propone, por ejemplo, evitar llegar tarde o salir antes de la hora, hablar por el móvil o no escuchar.

“Me parece que es una falta de visión completa de todo lo que está pasando”, comentaba, explicando que es uno de los muchos artículos que se encuentran en el Decreto y que lo mismo que dice este artículo 53 “se repite por lo menos en otros tres, pero nadie se ha fijado en eso”.

“Por recogerlo no pasa nada”, concluía, destacando que, siendo él inspector, en varias ocasiones equipos directivos le habían reclamado que era necesario hacer algo similar a lo que hablar se ha hecho.

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