La Rioja

Labastida recuerda y honra a doce riojanos fusilados en 1936

FOTO: EFE/Gobierno Vasco.

El Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Labastida (Álava) han celebrado este domingo un acto en recuerdo de la memoria de las doce personas, todas ellas riojanas y comprometidas con la II República, fusiladas en 1936, cuyos cuerpos fueron exhumados en 1980 y enterrados en el cementerio de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja).

El acto ha consistido en la colocación de un tótem con sus nombres en el lugar en el que se descubrió la fosa en la que estaban enterrados. Se ha llevado a cabo en cumplimiento de un mandato del Parlamento Vasco y ha contado con la presencia institucional de la consejera vasca de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, del consejero de Servicios Sociales y Gobernanza Pública de La Rioja, Pablo Rubio, y de al alcaldesa de Labastida, Laura Pérez, entre otros.

Los doce homenajeados estaban ligados a la II República cuando fueron asesinados extrajudicialmente y enterrados en la citada fosa en noviembre de 1936. Sus restos fueron recuperados por sus familiares en 1980 y descansan desde entonces en el cementerio de San Vicente de la Sonsierra.

La suya fue un ejemplo de las conocidas como «exhumaciones tempranas», que se llevaron a cabo durante la Transición y que fueron impulsadas por la sociedad civil y los familiares de las víctimas. Desde hoy en la placa se pueden leer el nombre de las 12 víctimas: Nicolás Martínez de Sojo Bastida; Félix Urrecho Ruiz; Leopoldo González Izarra; Ismenio Moneo Tordomar; Francisco Sanjuán Melchán ; Braulio Antón García ; Vicente Rojas Carboneras “Bochincha”; Felices del Campo Ábalos; Juan Martínez Ábalos “Juanito”; Martín Ramírez Apilánez; Ceferino Sagredo Hermosilla; y Cipriano Sagredo Hermosilla.

La placa, que ha sido descubierta por familiares de los asesinados, incluye además un código QR que facilita el acceso a la información relativa a las circunstancias de los asesinatos, el proceso de la recuperación de los restos y su posterior inhumación.
Artolazabal ha recordado la necesidad de honrar una memoria «que la dictadura franquista trató de borrar de la faz de la tierra», ya que «mientras unos muertos eran honrados y glorificados por el régimen, los cuerpos de los 12 de Labastida yacían en una cuneta».

Ha considerado que este acto es un «símbolo de la defensa de la libertad». «Se lo debemos a ellos y se lo debemos a las nuevas generaciones», ha opinado. En este sentido, ha hecho hincapié en el tesón de las familias y en el trabajo de la asociación La Barranca de La Rioja, que hizo posible recuperar los restos en 1980 y mantener «vivo su recuerdo». Además, ha ensalzado el trabajo de Blanca Ramírez, hija de una de las víctimas y principal impulsora de la exhumación.

Artolazabal ha dedicado también unas palabras a todas las viudas de guerra que tuvieron que sacar adelante solas a sus familias.
«Estas mujeres merecen todo nuestro reconocimiento y agradecimiento, sin su esfuerzo tampoco hoy estaríamos aquí. Se merecen tener también un lugar destacado en nuestra memoria colectiva», ha defendido.

El acto ha comenzado en el Ayuntamiento de Labastida con la emisión de un vídeo en el que algunos familiares e impulsores de la recuperación de los restos narran los hechos y lo que supuso para ellos y sus familias la exhumación. De ahí, los congregados se han trasladado al lugar en el que estuvo ubicada la fosa, en un margen de la carretera entre Labastida y Rivas de Tereso.

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