Hace no tanto tiempo, la transición de octubre a noviembre tenía el sabor de los huesos de santo y la obligación de acudir al cementerio a visitar a los seres queridos que nos abandonaron antes de tiempo. Aquello de Halloween era algo que, como el Día de Acción de Gracias, aparecía en el cine estadounidense y poco más.
Hoy en día nadie puede esquivar la realidad: Halloween ha venido para quedarse y resulta difícil esquivar por la calle a vampiros, brujas, esqueletos y otros tenebrosos personajes. Las calles riojanas se han debatido en la tarde-noche de este lunes entre el truco y el trato, para mayor gloria de los pequeños de la casa y de los no tan pequeños, entre calabazas, telarañas y muchas golosinas.
La fiesta se ha dejado notar especialmente en los barrios de Logroño, desde La Cava hasta San Antonio, donde la asociación de vecinos ha reunido a más de 300 personas en torno a una fiesta con hinchables, música, chocolatadas y un pasaje del terror.
