Euforia en Autol. El conjunto riojano ha bebido este miércoles las mieles de la Copa del Rey, un torneo que insiste en poner a prueba las taquicardias propias y ajenas y que volverá a La Rioja con alfombra roja. Un Primera División tendrá que pisar La Manzanera en la primera ronda del Torneo del KO, después de que el conjunto catón haya tumbado al Dinamo de San Juan en una agónica tanda de penaltis que no se resolvió hasta el noveno turno. Víctor Pardo, autor de la pena máxima decisiva, ha inscrito con letras de oro su nombre en la historia del torneo.
Primera parte de contrastes. Ya lo tenía en sus apuntes Nacho Herce, el Dinamo de San Juan era un equipo que siempre iba directo a portería y así ha sido en los primeros compases del encuentro. Un equipo correoso que se ha encontrado de frente con un Autol muy bien plantado en defensa y que ha logrado parar todos los intentos de los vizcaínos por abrir el marcador.
Así, las mejores ocasiones de la primera parte han llegado de mano de los visitantes. Primero un evidente penalti que no ha visto el árbitro en contra de los locales que ha sido muy reclamado por la afición del Dinamo y después una jugada de rebotes: primero al palo, luego al larguero, el bote casi rozando la línea y fuera.
Conforme pasaban los minutos el Autol comenzaba a tener alguna ocasión y a la media hora de parrido disfrutaba de la más clara tras un saque de córner y una jugada en la que nadie sabía aprovechar los huecos de la defensa morada. Lo más importante para los de Nacho Herce: irse sin goles en contra al descanso.
En la segunda parte el Autol y el desgaste físico del Dinamo fue tranquilizando el partido hasta que en el minuto 63 llegó una de esas jugadas que marcan un partido. Una fortísima entrada a Daniel Garrido por parte de Eneko en el tobillo le costaba la expulsión al jugador del Dinamo de San Juan que dejaba al equipo con diez.
Ocasiones de nuevo para el Dinamo que el Autol lograba desbarajustar en unos minutos en los que aunque el equipo visitante era superior especialmente arriba, nadie daba muestras de controlar el partido.
Los últimos minutos del tiempo reglamentario fueron de nerviosismo por parte de los dos conjuntos. Ninguno quería llegar a la prórroga que era finalmente inevitable. El Autol, además, veía como en el tiempo de descuento, un segundo antes de que el colegiado pitase en final de los noventa minutos, se quedaba sin Dani Garrido, que también era expulsado.
La primera parte de la prórroga empezaba sin pena ni gloria. Y mientras la directiva se afanaba en que el muro de la grada central no se viniese abajo por el aire, Hierro marcaba el gol de la victoria vizcaína. Una metáfora el susto con el muro de la grada perfecto del partido. Efectivos de la guardia civil desalojaban a los aficionados catones de la misma mientras los numerosos hinchas que habían llegado desde Santurce celebraban el gol de los suyos.
La segunda parte de la prórroga ponía a los catones al borde de la eliminación, pero un gol salvador a balón parado enviaba el encuentro directamente a los penaltis. Moneda al aire. Todo o nada. El premio Gordo de la lotería desde los once metros. Máximo acierto hasta el cuarto lanzamiento de la tanda. Ignacio Gil la estrellaba contra el poste para el Autol y en el lanzamiento siguiente Gorka no atinaba entre los tres palos.
El gol de Ekaitz en el último de los cinco penaltis obligaba al Autol a marcar para seguir soñando despierto. Toda la responsabilidad, para Rubén Martínez, a quien no le temblaron las canillas y enviaba la tanda a la muerte súbita.
Goiko tampoco falló para el Dinamo San Juan y, de nuevo, todo el peso de la eliminatoria, en las botas del Autol. En este caso, en las de Giovanni, que acomodaba el balón con suavidad en las mallas. Séptimo lanzamiento de la tanda: Víctor atrapó el lanzamiento visitante, pero sin la suficiente fuerza y el cuero, a la red. Por suerte, el turno le correspondió acto seguido a José Luis y el capitán no erró desde los once metros.
La tanda llegó al octavo turno. Pozu trasladó, de nuevo, la presión al bando riojano. Y Quirón, como si con él no fuese la cosa, para adentro. Van nueve: Hierro, goleador para el bando vizcaíno no consiguió batir a Víctor y, por primera vez, Pardo tuvo en sus botas el pase de eliminatoria. Con una calma suprema, Víctor la envío a la red y desató la euforia en Autol y, por extensión, a toda La Rioja, que ya espera la visita de un primera en la apasionante Copa del Rey.
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