El Rioja

Adiós a una vendimia “moderada, de calidad y llena de emociones”

Vendimia en Rioja Oriental. | Foto: Leire Díez

El Consejo Regulador de la DOCa Rioja emitió el pasado 10 de octubre un inesperado mensaje: la vendimia 2022 cerraba filas oficialmente con 409.184.205 kilos recepcionados. Desde entonces, las bodegas de la denominación han seguido recibiendo uva de aquellas viñas más tardías por estar en zonas más altas y frías. Hasta la fecha, el último parte de arrastre que comunicará el órgano y emitido este lunes refleja un total de 417.591.855 kilos de uva.

Una cifra que evidencia que esta campaña no ha sufrido la merma que desde el principio, y durante la cosecha, se vaticinaba. Así, supera los 413.813.100 kilos kilos totales de la vendimia 2021 que se recepcionaron hasta el 31 de octubre, mientras que en 2020 apenas se cogieron 409 millones de kilos hasta el 18 de octubre.

De igual forma, los pronósticos en cuanto a parámetros también han variado a lo largo de la campaña, donde han predominado unas condiciones climatológicas más que extraordinarias. “El de este 2022 ha sido un ciclo lleno de emociones, también de tensión y nervios, condicionado sobre todo por las altas temperaturas y la marcada ausencia de precipitaciones que hemos tenido durante la primera parte del verano. Aspectos todos ellos que han condicionado la evolución del cultivo”, explica el director técnico de la DOCa Rioja, Pablo Franco.

Analizando las circunstancias de esta vendimia, Franco asegura que la fertilidad de la vid en su momento fue buena, aunque quizá no tan alta como la pasada campaña. “Pero lo que ha marcado este año ha sido el gran equilibrio en el viñedo entre la producción y la parte vegetal, con un vigor menor que el año pasado. De ahí que haya sido una campaña moderada a nivel medio de la denominación”, añade.

La heterogeneidad ha marcado el transcurso de la campaña en toda la denominación, derivando en una diversidad enorme también en los vinos. Por un lado, las altas temperaturas aceleraron la maduración en Rioja Oriental, aunque las precipitaciones de agosto vinieron de perlas a Rioja Alta y Rioja Alavesa para una correcta evolución de la uva. “Una evolución que ha permitido llegar a una situación de madurez fenólica y alcohólica en un equilibrio muy bueno”.

El director técnico del Consejo Regulador incide en la “gran diferencia que se ha marcado entre las zonas de secano y las de regadío, y mucha más entre las tres subzonas de Rioja”. Un aspecto que, una vez más, “refleja la singularidad de esta tierra y cómo Rioja, en situaciones complicadas, está preparada para salir fortalecida de la situación”.

Se despide, por tanto, una vendimia larga y también difícil que ha dejado complicaciones en campo y que tampoco va a resultar sencilla en bodega. “Este año el ensamblaje del color y la acidez va a jugar un papel fundamental a la hora de hacer los vinos”, apunta Franco.

A expensas de conocer el veredicto final sobre la valoración cualitativa de esta añada, las voces del sector aseguran que la uva que ha entrado en bodega es de muy buena calidad y que la cosecha ha resultado más positiva de lo que en un principio apuntaba. Lo mejor ha venido en la segunda mitad de la carrera, cuando el astro dio un giro en favor de los cultivos y la uva, al fin, pudo respirar. Ya se dice que la paciencia a veces es la madre de la ciencia y quienes la tuvieron, han visto sus frutos.

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